Capítulo 5: entrevistadores y entrevistadoras

Asómate a esta galería de colegas que hacen entrevistas.

En esta última unidad vamos a escuchar a algunos tipos de entrevistadores y entrevistadoras que suelen aparecer en nuestras emisoras (también en televisoras y en cualquier medio de comunicación). Nos servirá como un repaso de lo que hemos leído antes. Espero que no te parezcas a ninguna o ninguno de los ocho primeros.

Unidad 5.1. Los estrellas

Una enfermedad muy común entre periodistas es el “ombliguismo”. Se sienten el centro del mundo, se hinchan como pavos cuando tienen un micrófono delante, se creen estrellas.

Estos vanidosos, estas engreídas, hablan más que la persona entrevistada. En realidad, la entrevista les importa poco y el entrevistado menos. Ellos y ellas quieren lucir su voz, llamar la atención, ponerse en primer plano, demostrar lo mucho que saben.

Escucha a un entrevistador estrella:

ENTREVISTADOR Indudablemente, la crisis global que estamos atravesando entraña muchas causas, factores que podrían dividirse en sociales, políticos y culturales y que inciden, fundamentalmente, en los sectores C y D de la población. Ahora bien, tomando en cuenta los altos precios del crudo en el mercado internacional y sin descuidar las repercusiones sociopolíticas del reciente crack inmobiliario en la banca norteamericana… blá… blá… bla…

Sé breve en tus preguntas. Deja hablar a la persona que estás entrevistando. Ella es quien protagoniza la entrevista y no tú.

Cuando los “estrella” entrevistan a una persona sencilla, del pueblo, adoptan una actitud de superioridad insoportable. Un tonito paternalista. O maternalista. Creen que así se hacen más “populares”. En el fondo, desprecian a la gente, se sienten superiores.

La verdadera popularidad es sentirse de igual a igual. Ni más importante ni menos importante que nadie. Esa es la actitud democrática que necesitamos en las radios ciudadanas.

Pobres “estrellas”. Suelen acabar estrellados.

Unidad 5.2. Las nerviosas

Los nervios se pegan como las pulgas. Si la entrevistadora está intranquila, si al entrevistador le tiembla la voz, la persona entrevistada también perderá el piso.

Escucha a una entrevistadora nerviosa:

ENTREVISTADORA Dígame, señor… eh… qué… qué opinión le merece… eh… o no que le merece… sino… sino qué opina usted sobre… digamos… eh… sobre el alto costo de la vida que… eh… que está altísimo… Uff…

Controla los nervios. Respira bien. Respira profundamente para que el aire limpio llene tus pulmones. Recuerda que los nervios son como perritos que ladran pero no muerden. No les haga caso.

Quien entrevista debe crear un clima de confianza con la persona entrevistada. Antes de sacar la grabadora, antes de salir al aire, es bueno hablar de otras cosas que sirvan para romper el hielo, para soltar la lengua.

Escucha lo que le pasó a un colega muy nervioso:

ENTREVISTADOR Muy bien… entonces… vamos a comenzar esta entrevista con Ramera Cabrona, perdón, es decir, disculpe, con Ramona Cabrera… Discúlpeme, señora, no quise decir lo que dije cuando lo dije… Disculpen, amigos, es que uno se pone nervioso con estos cables… Entonces, señora Cabrona, digo, Cabrera…

Si cometes un error, no pierdas el control ni le des demasiada importancia. Esto solo servirá para que la audiencia se fije más en tu equivocación. Rectifica y no pierdas la naturalidad.

Unidad 5.3. Los sordos

Algunos entrevistadores, al terminar la entrevista, no saben lo que ha dicho la persona entrevistada. No la escucharon. Estaban pendientes únicamente de sus preguntas o de cómo sonaba su voz. Son tan sordos que, a veces, ni escuchan el nombre de la persona a quien entrevistan.

Escucha a un entrevistador sordo:

ENTREVISTADOR Su nombre, por favor…
MUJER Yo me llamo Juliana Cepeda.
ENTREVISTADOR Muy bien, muy bien. Y dígame, señora Martina, ¿cómo evalúa la situación de la escuela…
MUJER Juliana.
ENTREVISTADOR ¿Cómo? Ah, sí, Juliana, discúlpeme, señora Juliana Martínez. Entonces, ¿qué opina sobre…
MUJER Juliana Cepeda.
ENTREVISTADOR Claro, claro, señora… ¿cómo dijo que se llama?

Pon la máxima atención a las respuestas de la persona entrevistada. Escúchala. No andes pensando en la próxima pregunta que le vas a hacer.

Como ya dijimos, es bueno preparar un cuestionario y escribir las preguntas principales que no quieres olvidar. Pero ese cuestionario no hay que sacarlo durante la entrevista. Llévalo en tu memoria.

La primera señal para saber si una entrevista está bien hecha es ver si la persona entrevistada habla más que quien la entrevista. No seamos “sordos” ni tampoco “charlatanes”. Por algo tenemos dos orejas y una boca. Para escuchar el doble de lo que hablamos.

Unidad 5.4. Los cultos

Estos entrevistadores “cultos” (o mejor dicho, que se las dan de cultos) sólo buscan ser admirados por la audiencia. La persona entrevistada, verdadera protagonista de la entrevista, es para ellos un simple pretexto.

Estos sofisticados del micrófono, estas vanidosas de la palabra, olvidaron la primera y más importante sabiduría: no hablamos para demostrar que sabemos, sino para que nos entiendan.

Escucha a un entrevistador culto:

ENTREVISTADOR Y dígame, señor Pérez, ¿cuáles serían los requerimientos de los hombres del agro ante la oferta del gobierno?
ENTREVISTADO ¿Cómo dice?
ENTREVISTADOR Digo que, tomando en cuenta la promesa gubernamental, ¿qué expectativas razonables tendrían quienes, como usted, laboran la tierra?
ENTREVISTADO Disculpe, ¿me puede repetir la pregunta?
ENTREVISTADOR Quiero decir… ¿qué sinergia propugnan ustedes para optimizar los recursos que recibirán del sector público?

Haz preguntas claras y cortas. Así las entenderá el entrevistado, el público… ¡y tú también!

Cuando estás entrevistando, no lo olvides, representas a tu audiencia, eres la boca de tus oyentes. Por tanto, debes hablar con palabras sencillas y populares que todo el mundo pueda entender.

Unidad 5.5. Los manipuladores

Algunos entrevistadores utilizan la entrevista para sus propios intereses, sean políticos, religiosos o económicos. Las preguntas que hacen son, en realidad, afirmaciones disfrazadas. Más que periodistas son manipuladores.

Escucha a un entrevistador manipulador:

ENTREVISTADA No, señor, aquí en la comunidad no tenemos alcantarillado…
ENTREVISTADOR Es decir, el gobierno no se preocupa por ustedes.
ENTREVISTADA Bueno, como le digo, no tenemos alcantarillas…
ENTREVISTADOR … y una vez más las autoridades se ríen de las necesidades del pueblo,¿no es cierto?
ENTREVISTADA Claro, porque…
ENTREVISTADOR Porque durante la campaña prometen pero luego no les cumple, ¿no es cierto?
ENTREVISTADA Es que nosotros somos pobres y…
ENTREVISTADOR Muy bien, señora. ¿Tiene algo más que añadir?
ENTREVISTADA Sí, un saludo a mi comadre Hortensia.

Quien entrevista no debe dar su opinión durante la entrevista ni añadir comentarios personales a las respuestas de quien es entrevistado. Si te dicen una opinión que no compartes, te morderás la lengua y recordarás que representas a la audiencia, a toda la audiencia, y como tal no puedes abanderarte con un sector en particular o empujar a quien es entrevistado a tomar una determinada posición.

Unidad 5.6. Los metralleta

Algunos entrevistadores fusilan a la gente con sus preguntas. Más que entrevista, parece un interrogatorio policial.

Escucha a una entrevistadora metralleta:

ENTREVISTADORA ¿A qué hora se produjo el asalto?
ENTREVISTADO Bueno, como le digo…
ENTREVISTADORA ¿Cómo pudieron entrar por estar puerta que todavía sigue cerrada, explíqueme eso?
ENTREVSITADO Lo que pasa es que…
ENTREVISTADORA Pero, ¿usted lo vio o no lo vio?
ENTREVISTADO Yo estaba aquí cuando llegaron…
ENTREVISTADORA ¿Sospecha que este hombre fue el asaltante, podría confirmarlo?
ENTREVISTADO Yo… yo no podría…
ENTREVISTADORA Responda: ¿sí o no?

Esta actitud agresiva responde a un tipo de periodismo sensacionalista. Las personas entrevistadas, especialmente la gente humilde, son simples pretextos para ganar puntos de rating.

Respeta a tus entrevistados. Ellas y ellos son los protagonistas del diálogo, no tú. Además, no olvides que el micrófono se parece a una pistola. Mucha gente se asusta al verlo. No hay que meterlo en la boca del entrevistado, no hay que apabullar con los equipos técnicos. Más bien, trata de crear un ambiente cómodo para que las personas entrevistadas puedan hablar naturalidad. ¡Y olvida las metralletas porque el periodismo no es una guerra!

Unidad 5.7. Las enredadas

Nos topamos ahora con una clase de entrevistadores y entrevistadoras que no se preocupan casi por nada. Entran corriendo a cabina y entonces se enteran a quién van a entrevistar. Si la entrevista es fuera de la emisora, se olvidan de la grabadora o su celular no tiene saldo. Ni recuerdan el lugar donde será la entrevista.

Los enredados y enredadas tampoco preparan el tema de la entrevista. Se confían en su gran experiencia, en su facilidad de palabra. Esta improvisación no anuncia nada bueno. Las entrevistas saldrán desordenadas, caóticas. La audiencia, naturalmente, se dará cuenta de la irresponsabilidad del periodista.

Escucha a un entrevistador enredado:

ENTREVISTADOR ¿Qué opinión le merece el nuevo candidato González, piensa que tiene capacidad, o no digamos capacidad, sino posibilidades reales para reorganizar el ayuntamiento, todo esto en el caso de que ganara las elecciones, qué considera usted que él, de hecho, podría cambiar en esta municipalidad y, sin ir más lejos, aquí mismo, en este barrio que próximamente va a elegir a sus representantes, qué dice usted?

Preguntas enredadas reciben respuestas más enredadas aún. Y la audiencia se queda sin entender de qué se está hablando.

Antes de la entrevista, el primer deber es investigar sobre el tema que vas a tratar. No tienes que ser un especialista en el mismo, pero sí conocer los puntos álgidos, los aspectos de mayor actualidad sobre los cuales vas a preguntar.

Ordena con cierta lógica el cuestionario de tu entrevista. Para conseguirlo, te ayudarán los tres tipos de preguntas antes mencionados: preguntas de aclaración, de análisis y de acción.

Unidad 5.8 Los bobos

También conocidos como “periodistas pedestales” porque lo que mejor saben hacer es llegar a las ruedas de prensa, quedarse tiesos y mudos, y grabar las declaraciones que los demás colegas ya están grabando.

Cuando están haciendo una entrevista, piensan que su responsabilidad consiste en abrir el micrófono y dejar que el entrevistado hable hasta el cansancio… Estos abobados y abobadas permanecen pasivos, intervienen lo menos posible (por un falso respeto a la persona que entrevistan), no saben cortar, no preguntan, dejan baches… Se duermen con la grabadora. Y hacen dormir a la audiencia.

Los entrevistadores y entrevistadoras bobas se la pasan anunciando lo que van a hacer y perdiendo tiempo:

Escucha a entrevistadores bobos:

ENTREVISTADORA Ahora quisiera hacerle una primera pregunta…
(No anuncies que vas a hacer una pregunta… ¡hazla!)

ENTREVISTADOR Me gustaría que me aclarara por qué piensa usted lo que piensa…
(¿Te gustaría?… ¡Pues pídele aclaración!)

ENTREVISTADORA El tiempo se nos está terminando. Así que me veo en la obligación de preguntarle…
(¿Se te acabó el tiempo?… ¡Termina y vete!)

Esta clase de entrevistadores suelen adoptar un tono ceremonioso, casi una media voz, como si estuvieran delante de un enfermo en el hospital. Naturalmente, contagian ese tono sombrío al entrevistado.

Emplea un tono alto, entusiasta. Respira bien antes de arrancar tu entrevista. La comida es más sabrosa con un poco de picante. Las entrevistas también.

Práctica 12: ¿A cuál te pareces?

Ponte una mano al pecho. ¿A cuál de estos entrevistadores o entrevistadoras te pareces?

¡Lo malo no es parecerse, sino no rectificarse!

Unidad 5.9. Profesionales

Hemos repasado ocho tipos de entrevistadores y entrevistadoras que tienen todavía mucho que aprender en esta profesión. Hemos visto a los estrellas, las nerviosas, los sordos, las cultas, los manipuladores, los metralleta, las enredadas, los bobos… Es hora de preguntarnos quiénes son los verdaderos profesionales de las entrevistas.

Seguramente, ustedes estarán esperando escuchar ahora una entrevista modelo. Una entrevista profesional. La super-entrevista.

Pues no la van a escuchar. Sería peligroso proponer un “modelo” del perfecto entrevistador, de la entrevistadora excelente, de la entrevista impecable. Primero, porque esa perfección no existe. Y segundo, porque el mejor modelo para ti eres tú mismo. Imítate a ti misma. Cada quien debe encontrar su estilo, su identidad radiofónica.

Practica, practica, practica. Y evalúa lo practicado. Glosando al poeta, se hace camino al andar y se hacen buenas entrevistas entrevistando.

Una última palabra. Dijimos que entrevistar es dialogar, intercambiar palabras, dar y recibir ideas, interesarse en la opinión del otro. Buen entrevistador resulta sinónimo de buen comunicador, aquel y aquella que saben hablar bien y escuchar mejor.

Y de eso se trata. De escuchar a la gente, de facilitar el ejercicio universal de la libertad de expresión, de contribuir a que el pueblo recupere la palabra pública que le fue robada hace mucho tiempo. Haciendo buenas entrevistas, devolviendo esa palabra, estaremos construyendo ciudadanía. Y esa es la misión de una radio con responsabilidad social.

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Capítulo 5: entrevistadores y entrevistadoras

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4 comentarios sobre «Capítulo 5: entrevistadores y entrevistadoras»

  1. hola muy buenas tardes amigos sera que me pueden regalar los ejemplos que estan en la pagina los cuales son de entrevistas, porque nose dejan escuchar ni descargar gracias

  2. Muchas gracias por todo el material. Particularmente me sirve de mucho para el complemento de mis trabajos. Gracias por todo y muchas felicidades. Bendiciones.

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