9. ¿De quién son los datos? La privacidad como derecho

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El Estado de vigilancia es una de las peores enfermedades que tiene la democracia.
Marta Peirano [258]

“Yo no tengo nada que ocultar”, “qué importa mi vida entre la de millones”, son algunas de las reacciones más usuales cada vez que se habla sobre privacidad. A ellas se podría responder: “Entonces, ¿por qué cuelgas cortinas en casa?”. [259] Las cortinas, evidentemente, no ocultan ningún delito. Pero esa intimidad que aportan, esa tranquilidad de saber que nadie está vigilando, nos permite actuar con mayor libertad. Es un error equiparar la privacidad con tener secretos. No es un secreto lo que alguien hace en el baño y, aún así, cierra la puerta.

En Internet también se necesitan cortinas y cerraduras. Ante la mínima sospecha de vigilancia ya no actuamos de la misma forma, aunque no estemos cometiendo un delito ni haciendo nada que pudiera denominarse como “malo”. En escenarios hostiles, el anonimato es la única garantía de la libertad de expresión, de reunión o de protesta, pero también del acceso a la información sobre temas de salud sexual y reproductiva o derechos civiles, como informarse sobre los trámites de divorcio, por ejemplo. También para quienes defienden el territorio o denuncian casos de corrupción a través de filtraciones. [260] Para muchos de ellos, el anonimato puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Las feministas entienden que la vigilancia es una «estrategia histórica del patriarcado, usada para controlar y restringir los cuerpos, discursos y activismos de las mujeres». Por eso reivindican el anonimato como un derecho en Internet. Solo a una persona con una identidad hegemónica, y lejos de contextos de riesgo, le parecería adecuado establecer una política de nombre real como tiene Facebook. Uno de los Principios Feministas para Internet postula que el anonimato «permite nuestra libertad de expresión en línea, particularmente cuando se trata de romper tabúes de sexualidad y heteronormatividad, experimentar con la identidad de género, y permitir la seguridad de las mujeres y las personas queer afectadas por la discriminación». [261]

El anonimato se sostiene sobre el derecho a la privacidad que está garantizado en el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En la era digital, este derecho se vio tan vulnerado que el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó, en 2015, una declaración especial sobre la privacidad en la era digital en la cual subraya que “los derechos de las personas, incluido el derecho a la privacidad, también deben estar protegidos en Internet”. En dicha resolución también se decidió nombrar un Relator Especial para “determinar posibles obstáculos a la promoción y protección del derecho”, entre otras funciones. [262]

Para garantizar la privacidad en línea, una de las medidas a tomar sería impedir que las grandes plataformas accedan a la información personal que circula por Internet. Sin embargo, este volumen de datos crece constantemente, al igual que las vulneraciones a la privacidad. Por ejemplo, el número de asistentes virtuales para el hogar –estos aparatos a los que se les habla para que reproduzcan una canción o hagan una llamada– aumenta día a día. Para poder ejecutar estas ordenes, su micrófono está siempre encendido. Tras una investigación periodística Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft terminaron por reconocer que transcriben audios privados de quienes los usan. Las compañías alegan que lo hacen para “mejorar la capacidad de sus asistentes virtuales para entender el lenguaje humano”. [263] Microsoft, incluso, se vio forzado a confirmar que transcribe algunas grabaciones de Skype. Sería escandaloso imaginar que algo así sucediera con el correo postal. Que se violara el derecho a la privacidad y se leyeran cartas para entrenar a un software de Inteligencia Artificial. Cuando estas prácticas se trasladan al mundo digital pareciera que no importa renunciar a derechos con tal de recibir un mejor servicio.

Decir que no te importa la privacidad porque no tienes nada que esconder no es diferente a afirmar que no te importa la libertad de expresión porque no tienes nada que decir; o que no te importa la libertad de prensa porque no te gusta leer; o que no te importa la libertad de religión porque no crees en Dios; o que no te importa la libertad de reunión pacífica porque eres un agorafóbico, perezoso y antisocial. El hecho de que esta o aquella libertad no tenga importancia para ti ahora mismo no quiere decir que la tenga o que no la vaya a tener mañana, para ti o para tu vecino. [264]

El problema de minimizar la importancia de la privacidad en línea y no considerarla como un derecho inalienable es que se extiende y consolida esa idea de que quien oculta peca. Es decir, quien cifra sus correos o se preocupa por proteger su información y no ser vigilado, es un delincuente en potencia. Y no son suposiciones. En Argentina, la policía justificó el allanamiento de la casa del activista Javier Smaldone alegando que “sabía de informática”. [265] En Ecuador, los argumentos para detener y juzgar al defensor de la privacidad Ola Bini fueron similares.[266]

Los peligros van más allá de criminalizar la privacidad digital. Las ciudades se llenan progresivamente de cámaras con la excusa de protegernos y los sistemas de reconocimiento facial son comunes en muchos países para identificar a sospechosos. [267] En otros se prohíbe el uso de cifrado o de redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés) para navegar anónimamente. Y Estados Unidos, Australia y el Reino Unido han solicitando a Facebook que elimine el sistema de cifrado de sus aplicaciones. [268] “Una sociedad en la que las personas pueden ser controladas en todo momento es una sociedad que engendra la conformidad, la obediencia y la sumisión, por lo que cada tirano, del más abierto al más sutil, anhela ese sistema”, explica Glenn Greenwald. [269]

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Notas

[258] [259] Charla Ted de Marta Peirano, periodista especializada en vigilancia. https://www.ted.com/talks/marta_peirano_the_surveillance_device_you_carry_around_all_day/transcript?language=es

[260] Zamora, A. (2019). #MeToo, el anonimato se defiende. GenderIT. https://www.genderit.org/es/feminist-talk/metoo-el-anonimato-se-defiende

[261] Principios feministas para Internet. APC. https://feministinternet.org/en/principle/anonymity

[262] El derecho a la privacidad en la era digital. Consejo de Derechos Humanos, Asamblea General Naciones Unidas. https://ap.ohchr.org/documents/S/HRC/d_res_dec/A_HRC_28_L27.pdf

[263] del Castillo, C. (2019). Microsoft se une a Google, Facebook, Amazon y Apple y reconoce que transcriben audios privados de sus usuarios. Eldiario.es. https://www.eldiario.es/tecnologia/Trabajadores-Google-Facebook-Apple-Microsoft_0_931956998.html

[264] Snowden, E. (2019). Vigilancia permanente. Editorial Planeta, p.196.

[265] Busaniche, B. (2019). Comunicado: organizaciones de derechos humanos rechazan medidas arbitrarias contra el investigador en seguridad digital Javier Smaldone. Fundación Vía Libre. https://www.vialibre.org.ar/2019/11/01/comunicado-organizaciones-de-derechos-humanos-rechazan-medidas-arbitrarias-contra-el-investigador-en-seguridad-digital-javier-smaldone/

[266] https://freeolabini.org/es/

[267] Sanchez, J. (2019). Las herramientas de vigilancia masiva no sirven para detectar individuos sino criminalizar colectivos. Eldiario.es. https://www.eldiario.es/tecnologia/limites-estadisticos-vigilancia-masiva_0_963804507.html

[268] Center for Democracy & Technology (2019). U.S., U.K., and Australia Ask Facebook to Make the World Less Secure. https://cdt.org/press/u-s-u-k-and-australia-ask-facebook-to-make-the-world-less-secure/

[269] Glenn Greenwald y Laura Poitras revelaron en 2013 las informaciones de Snowden sobre la NSA y produjeron el documental Citizenfour. En esta charla TED, Greenwald explica perfectamente por qué nos debe importar la privacidad. https://www.ted.com/talks/glenn_greenwald_why_privacy_matters/transcript?language=es

9. ¿De quién son los datos? La privacidad como derecho

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