«Y antes de que cante un gallo me negarás tres veces», dijo el software libre.

Reconozco que he pecado. Pequeño pecado, pero pecado al fin y al cabo. Tuve la osadía de negar tres veces al software libre.

Confieso que la semana pasada tuve malos pensamientos. Por mi cabeza pasaron algunas de las frases negativas que escuchamos muchas veces acerca del software libre. ¡Yo mismo las pensé! Pero escarmenté. La penitencia que me impusieron por ese pecado fue instalar un güindox (Windows para los amigos). Con ese castigo, la elección está aprendida: no volveré a dudar.

Paso a relatarles los hechos, casi bíblicos.

La semana pasada, unos apóstoles militantes del software libre de una organización guatemalteca me pidieron que les diera una mano configurando su nueva tarjeta de audio. No revelaré el nombre de dicha organización porque andan muy apenados por tener que usar software privativo, aunque sea temporalmente.

Un amigo de esa organización viajó a Estados Unidos y les compró muy barata una M-Audio Quad. Personalmente había usados otros modelos de esta marca con muy buenos resultados así que imaginé que no habría problema para que la tarjeta funcionara.

Conectamos la tarjeta de sonido por USB, actualicé UbuntuStudio con el último kernel y la computadora seguía sin reconocerla.

Cantó el primero gallo, primera negación: el hardware bueno no sirve con el software libre

Ofuscado, busqué en algunos foros. Obviamente, no era el único con ese problema. Fui a la página oficial de la tarjeta y había un hilo donde varias personas reclamaban a M-Audio por no ofrecer drivers oficiales para distribuciones libres.

Sería bueno si entras a ese hilo y también dejas tu comentario. Es necesario que las grandes marcas de hardware sepan que cada día más y más radialistas y productores de audio usan software libre. Y sino, tendremos que comenzar un boicot a esas marcas. Quizás no sea un porcentaje significativo en las ventas, pero deben saber que no nos quedaremos parados. Las redes sociales también pueden ser de ayuda. Si reciben mil o dos mil tuits quizás hagan algo:

El problema, por lo tanto, no es del software libre sino del software privativo (drivers) que acompaña al hardware privativo. Por eso, antes de comprar una tarjeta de audio, mejor revisar cuáles se entienden mejor con el software libre: http://www.linuxstudiopro.com/

Viendo que de momento la única solución era esperar a que se publiquen drivers alternativos que hagan funcionar la tarjeta con las distribuciones libres tuvimos que tomar una dura decisión: instalar güindox. Ahí comenzó el calvario.

Y el gallo cantó dos veces con la segunda negación: instalar güindox es muy sencillo.

Acostumbrados a las distribuciones libres donde todo funciona sin necesidad de instalar nada más, al terminar con güindox me pedía hasta el driver del grabador de DVD. ¡No me lo podía creer!

Tardé más de dos horas (no exagero) en dejar todo andando. Drivers de la tarjeta wifi usb, del video, del usb3, del audio interno,… Y luego problemas para que reconociera la tarjeta de sonido con los drivers propios de la marca. Y cuando lo conseguí resulta que no se comunicaba con el editor de audio.

Me juré que nunca más instalaría un güindox en mi vida. Sé que estas promesas tan tajantes son las que hacen que los no “softwarelibreros” nos vean como una panda de fundamentalistas que se niegan a reconocer que lo privativo funciona bien y se la pasan rezando: ¡nosotros adoramos al dios verdadero!

Tercera negación acompañada del respectivo canto de gallo: los programas privativos funcionan mucho mejor que los libres.

Reconozco que al instalar y configurar el multipistas Vegas me dio un poco de nostalgia. No puedo negar que es programa muy intuitivo y sencillo de manejar. Pero me di cuenta que no tiene nada que envidiarle a Ardour y que ya estoy más acostumbrado a editar con él.

Es cierto que algunos programas libres aún no están a la altura de los privativos, pero como sistema operativo, toda la familia derivada de Debian (ubuntu, linux mint, GET,…) son muchísimo más estables, muy sencillos de manejar y técnicamente rinden mucho más. Y en la medida que más gente las use, las comunidades trabajarán más en los desarrollos de los programas.

También es verdad que existen problemas con los drivers pero, como ya hemos dicho en otras ocasiones, no es porque lo libre funcione mal, el problema radica precisamente en lo privativo, porque es cerrado. Un mayor número de usuarias y usuarios obligaría a las empresas de hardware a pensar en las tres grandes familias de sistemas operativos a la hora de desarrollar drivers y versiones de programas y aplicaciones.

Así que, deja de dudar y negar y profesa la “religión” de lo libre. Ten fé, no te arrepentirás.

«Y antes de que cante un gallo me negarás tres veces», dijo el software libre.

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3 comentarios sobre ««Y antes de que cante un gallo me negarás tres veces», dijo el software libre.»

  1. Hola!!! Tengo una pregunta: Por qué le dicen «güindox»??? No sé si será muy básico preguntarlo pero es primera que alguien le da un sobre nombre al sistema…
    Saludos!!!

    1. Hola Gaby!
      La verdad que es un chiste. Lo escribimos tal como se pronuncia. Pero no tiene ningún significado en especial. A veces también ponemos Micro$oft con la $ de dólar, porque parece que es lo único que les interesa.
      Abrazo!

  2. Queda comprobado que no es sólo un asunto político. ¡Qué viva el Software Libre! Y que nunca tengamos que caer en las negaciones y pecados. Como dicen por ahí, líbranos del mal.

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