Educar en comunicación digital y procomún

“Fundamentos académicos” para promover la implementación del software y la cultura libre en la educación de los comunicadores y comunicadoras del futuro.

Hace unos días, conversando con unos profesores universitarios de la carrera de Comunicación, me reprochaban que no existen argumentos académicos suficientes para defender la enseñanza “libre” en las Universidades. Que no hay “académicas ilustres” y “doctores universitarios de prestigio” que se hayan pronunciado al respecto.

Para ellos, y para todos aquellos que necesiten sustentar teóricamente la enseñanza de la libertad, van algunos argumentos (breves y concretos) al respecto. Todos con citas y aportes de personas muy letradas y respetadas en el ámbito académico.

Tendremos sociedad de la información. Eso seguro. Nuestra única decisión ahora es si esa sociedad de la información será libre o feudal. La tendencia apunta hacia una sociedad feudal. (…) No hay forma de hablar de la sociedad de la Información a menos que uno hable también del grado de información y cultura que sería libre.(Lessig, 2004)

La defensa del procomún digital, al igual que la protección del resto de bienes comunes, debe ser asumida por la sociedad en su totalidad. Pero si hay un sector que debería poner especial atención en esta defensa de los bienes comunes que hacen posible la comunicación digital, son los comunicadoras y las comunicadoras. Y, sobre todo, los estudiantes de esta disciplina, los futuros comunicadores ya que el entorno comunicacional para el que están siendo preparados es netamente digital.

Que la comunicación en este siglo XXI sea eminentemente digital y, además, ofrezca tales posibilidades a los profesionales de la comunicación, ha llevado a muchos académicos a proponer que la comunicación digital sea considerada como un bien común, como un procomún. El español Antonio Lafuente y el norteamericano Yochai Benkler llevan años sustentando esta hipótesis. Ambos avisan del riesgo de que los medios que hacen posible la comunicación digital queden en manos privadas condicionando su uso al pago de licencias o siendo vulnerables a la vigilancia y el control.

Para Benkler (2003, p.132) sí hay motivos por los que preocuparse ya que: “la diversificación de las restricciones bajo las que operamos, incluyendo la creación de espacios relativamente libres de las leyes que estructuran el mercado, va al mismísimo corazón de la libertad y la democracia”.

Lafuente, por esto mismo, opina que los códigos y las estructuras que hacen posible la comunicación digital deben ser “defendidos de la privatización abusiva y asegurar la participación, equidad, transparencia y diversidad en la producción y acceso a la información” (Lafuente, 2007). Y un paso importante para eso es, precisamente, es hablar, dialogar y debatir con los futuros comunicadores y comunicadores sobre estos peligros.

Creo que es iluminadora esta frase de Federico Heinz, cofundador de la organización argentina Vía Libre, que afirma que “en una sociedad moderna, quien controla el software controla la comunicación social. Controla quién puede comunicarse con quién, cuándo y para decir qué” (Heinz 2008, p.142).

El planteamiento de Heinz establece una profunda interrogante en las universidades que enseñan comunicación y en sus alumnos. La decisión de formar comunicadores digitales desde la visión del procomún no es una cuestión tecnológica ni radica en elegir un software privativo o uno libre para enseñar una materia de diseño gráfico. La decisión es profundamente política y filosófica, ya que, como afirma Sampedro (2013) “la comunicación, la cultura y la ciudadanía aportan el sustrato de todo orden político”. En este sentido, en una democracia, la comunicación debe ser “libre, la cultura abierta y la ciudadanía colabora en las tareas de gobierno.” (Sampedro, 2013)

Educar comunicadores digitales en el procomún supone estar en la vanguardia de la comunicación. Además, formar a los estudiantes en entornos colaborativos y libres incentiva su creatividad, su generosidad y su autonomía. (De la Cueva, 2012)

Recuerda que usar software privativo en la educación supone:

  • Promover e incitar al delito
  • Promover e incitar que el mercado siga mandando
  • Promover la dependencia
  • Desincentiva la investigación
  • Promueve la individualidad

BIBLIOGRAFÍA

· Benkler, Y. (2003). La economía política del procomún. Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía. México: México: Ediciones Böll, de la Fundación Heinrich Böll.
Catedrático de Derecho Empresarial en la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard.

·De la Cueva, J. (2012). Software libre, ciudadanía virtuosa y democracia. Recuperado de http://derecho-internet.org/node/577
Abogado experto en propiedad intelectual, doctor en Filosofía y estudioso de las relaciones entre el Derecho y la Tecnología.

· Heinz, F. (2008). Código software: de la torre de marfil a la mesa ciudadana. Genes Bytes y Emisiones, Bienes Comunes y Ciudadanía. México: Ediciones Böll, de la Fundación Heinrich Böll.
Graduado en Ciencias de la información, activista del Software Libre, cofundador de la Fundación Vía Libre.

· Lafuente, A. (2007). Los cuatro entornos del procomún. Archipiélago. Cuadernos de Crítica de la Cultura, 77-78: 15-22. Editor: Editorial Archipiélago. Qué es el procomún. Antonio Lafuente, 2007.
http://medialab-prado.es/article/video_que_es_el_procomun
Investigador del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CSIC) y desde el 2007 dirige el Laboratorio del procomún en el MediaLab-Prado de Madrid.

· Lessig, L. (2004). Por una cultura libre: cómo los grandes grupos de comunicación utilizan la tecnología y la ley para clausurar la cultura y controlar la creatividad. (Edición en castellano, 2005) Madrid: Editorial Traficantes de Sueños.
Lawrence Lessig es licenciado en economía y una licenciatura en administración de la Universidad de Pennsylvania, una Maestría en Filosofía de Cambridge, y un doctorado en la Universidad de Yale.

· Sampedro, V. (2013). Las tres C de la democracia. Recuperado de:
http://www.ccdemocraticas.net/comunicacion-cultura-ciudadania/
Doctor en Ciencias de la Información, Catedrático de Opinión Pública y Comunicación Política de la Universidad Rey Juan Carlos. Madrid, España.

Educar en comunicación digital y procomún

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