Hace unos días, gracias a la DW-Akademie, tuvimos un taller sobre Comunicación, Cultura Libre y Software Libre en Quito. Los participantes fueron docentes de Comunicación de la Universidad Católica del Ecuador. Sirvió para debatir y plantear algunas preguntas que todavía buscan respuesta.
¿Se puede identificar la figura única de un autor de una obra?
En el contexto actual, cuando hablamos de una creación artística ¿se puede atribuir la autoría a una sola persona? En Internet tenemos: videos, fotos, e incluso textos (como éste que hoy comparto) que son resultado de la creación colectiva. Yo no puedo decir que estas palabras son mías, cuando estoy socializando las experiencias de un taller.
Estamos ante un escenario en el que ya no existe una sola autoría. Esto no es un fenómeno nuevo, solo que Internet lo hace público y masivo. Recordamos en Quito a escritores de la antigüedad bautizados bajo un seudónimo y creadores de múltiples obras. No sabemos si eran una o varias personas, importaba más su creación. Estas prácticas continúan, el crowdsourcing o creación colectiva es un buen ejemplo. Life in a day fue un documental que se creó colectivamente, Ridley Scott pidió a varias personas que filmen cualquier parte del mundo en un mismo día, incluso mandó cámaras a diferentes lugares para lograr este objetivo. ¡Creamos entre todas y todos!
Los derechos de autor nacieron para proteger a los artistas. A su vez, como una de las participantes del taller me recordó, fueron también una forma de control. Antes, la iglesia y el estado era quienes decidían quién tenía acceso a la cultura y qué se publicaba. En la actualidad, ¿ese control se ha suprimido?
No. Ahora el control se ha transformado en legislaciones de derechos de autor que favorecen a las grandes corporaciones, quienes pagan por privatizar el acceso a la cultura. Incluso se legisla para penalizar a quienes comparten en Internet, se los califica de “piratas” o responsables de matar la cultura.
La palabra pirata o piratería ¡eliminémosla!
Fue una demanda de quienes participaron del taller. Esa es una forma de atacar a quienes democratizan la cultura. Entonces, nació la siguiente pregunta. ¿Anulamos la autoría y pasamos todo trabajo cultural a dominio público?
¿Qué pasa con este fotógrafo que le tomó 6 años tomar una foto, y quien defiende los derechos de autor?
Sabemos que el problema es el modelo como tal. Y los artistas también tienen derecho a vivir de sus creaciones. Las licencias Creative Commons son una alternativa, apoyadas con Internet como forma de difusión Al usarlas, ¿estamos aplicando la filosofía del Software Libre a la cultura?
Es una forma, hay iniciativas apoyadas con crowdfunding (financiamiento colectivo) y licenciadas con Creative Commons que tienen éxito. Libros, películas e incluso periódicos viven del aporte de sus subscriptores. De hecho, los usuarios y usuarias de Internet se informan más en estas iniciativas “alternativas” que en los medios tradicionales.
De todos modos recordemos que Internet, sobre todo en América Latina, continúa siendo es un medio de las élites. En Ecuador, por ejemplo, 4 de cada 10 personas tienen acceso. La cultura, aunque este en Internet, no está al alcance de la mayoría.
Se puede implementar el Software Libre a la comunicación
Al principio del taller, las cuatro libertades del Software Libre fueron traducidas a la comunicación. Incluso los participantes hablaron del Periodismo de Datos como un ejemplo. Sin embargo, al final nació esta pregunta:
¿Qué pasa con la audiencia?
Siempre existe alguien que controlará cómo se produce la noticia y se lo presentará al público. Es decir, en el periodismo habrá un proceso de intermediación donde siempre estará quien consume la información (receptor) y quien la envía (emisor).
En el Periodismo de Datos está la figura del periodista procesando la información y el público como consumidor. Se le permite revisar las bases de datos a la audiencia a veces hasta reutilizarlos, pero en el proceso de producción, es el periodista el que decide.
Entonces, cómo traducimos las libertades del Software Libre a la comunicación.
No existe una fórmula. Como tampoco existe una fórmula clara para que los medios de comunicación y los artistas puedan vivir exclusivamente de su trabajo. Eso no significa que no lo intentemos o que dejemos de democratizar el conocimiento.
Utilicemos Creative Commons, Software Libre y construyamos iniciativas con varios actores de nuestra sociedad.
Si tenemos las herramientas para producir reportajes de Periodismo de Datos junto a los estudiantes en las universidades, ¿por qué no hacerlo? Como sabemos este esfuerzo no es individual, ni siquiera de un grupo de personas. Tenemos que unirnos para lograrlo. Entre más construyamos conocimiento, más exitoso será nuestro producto.
¿Qué otras dudas o planteamientos se te presentan? ¿Sobre qué más debemos seguir debatiendo, pensando y polemizando para construir un mundo más libre?
Lo que históricamente creo yo ha ocurrido es,una descarada expoliación a escala planetaria para luego patentar las sabias creaciones del pueblo. Es hora de emancipación Comunicacional… Seguimos en luchas.