«No hay libertad sin responsabilidad social…»

“…Y si nuestro objetivo es transformar la sociedad, nuestros parámetros deben ser claros.” En equipo de comunicación de LiberaTuRadio.org realizó esta entrevista con Cristian Baldini (a.k.a Haiku), Podmin de D*Ar, un compañero.

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¿Qué es para vos el Software Libre?

El Software Libre es un movimiento que nace en 1984 como respuesta a la imposición de las duras licencias de copyright en la informática y que promueve la libertad de uso, estudio, modificación y distribución del software, basado en la Licencia Pública General de GNU e iniciado por Richard M. Stallman. A diferencia de las licencias tradicionales, la GPL otorga libertades en lugar de imponer restricciones. El gran avance que hubo en la producción de Software Libre permitió a los usuarios y a las usuarias una transparencia a nivel informático inexistente en las plataformas cerradas, una libertad de acción y diversidad de herramientas enorme gracias a sistemas como GNU/Linux. A su vez el movimiento generó otras licencias como la GFDL (GNU Free Documentation Licency) y la Creative Commons, con las cuales se iniciaron proyectos de gran envergadura como Wikipedia (ni más ni menos que el lugar donde se aloja la suma de conocimientos de la humanidad). El Software Libre Fue una manera de luchar por la apertura y la libertad del conocimiento en una ciencia que comenzaba a ser cada vez más cerrada obedeciendo a las viejas leyes del mercado.

En lo que respecta a mí, es la herramienta que me permitió nutrirme, comunicarme y desarrollarme a nivel técnico e intelectual protegiendo mi derecho a la privacidad y al saber.

¿Cómo entendés las libertades del Software Libre?

Entiendo a las libertades del Software Libre (no hace falta volver a mencionar cuáles son) como libertades individuales. Más allá de los discursos de Richard Stallman donde habla del beneficio social que debería tener el solo hecho de tener esas libertades, no existe nada dentro de ellas que garantice un beneficio social ni que remita a él. No digo que el beneficio sea nulo, es evidente que es beneficioso que un hospital, una escuela, una sociedad de fomento o un grupo de trabajadores pueda tener acceso al Software Libre, a su código y sus libertades, pero ¿dónde está establecido el modo de garantizar ese efecto social? ¿Cómo se podría lograr que sea adoptado en esos ámbitos? ¿Qué políticas comunitarias conlleva el Software Libre?. Cuando uno habla de ser libre de usar, copiar, modificar o estudiar un software, está hablando de lo que puede hacer una persona con él, pero no está estableciendo el modo en el que debe producirse ni la manera en el que debe distribuirse ni los fines con los que debe usarse ni de nada que tenga que ver con aspectos sociales.

Nada es perfecto ni representa la panacea del mundo. En este sentido, todo es susceptible a la crítica y por consiguiente, a la mejora. ¿Qué cosa se le puede criticar a lo que propone el Software Libre?

Las críticas que puedo hacerle son en primer lugar, que más allá del amplio movimiento que generó y de la gran producción de software que se logró lanzar bajo ese modelo, fue insuficiente para modificar de raíz un mercado de producción de software que sigue siendo explotador, monopolista, restrictivo, capitalista y centralizado en el imperio. Logró generar un movimiento alternativo pero sin destronar al modelo de producción clásico. Creó una alternativa eficiente pero, en más de 30 años, sigue siendo un modelo marginal para la mayoría de las usuarias y los usuarios de computadoras. Muchas personas utilizan programas o componentes de Software Libre sin percatarse siquiera y esos componentes están acompañados en muchos casos de otros para nada libres, que socavan la privacidad e integridad de los usuarios y las usuarias. Un ejemplo de eso es el sistema Android, que utiliza el núcleo Linux con otros componentes cerrados, mientras espía a las personas que lo utilizan.

De esto se desprende mi segunda crítica, la más importante, por lo cual se posibilita lo anterior: la libertad 0 (libertad de uso), permite un uso con cualquier fin, desdibujándose el sentido comunitario que debería tener y permitiendo utilizarse no solo con componentes privativos, sino con fines de espionaje, opresión, explotación y acumulación de capital. Windows utiliza GNU/Linux en sus servidores y “aporta” al núcleo Linux para favorecer la virtualización de su sistema. Facebook corría (o corre) bajo GNU/Linux (actualmente sigue usando Linux como núcleo de su sistema con algunos componentes GNU) y es utilizado por las agencias de seguridad norteamericanas como la CIA o la NSA para seleccionar, clasificar y almacenar información y así espiar, perseguir, y hasta encarcelar personas. Un ejército podría utilizar Software Libre para reprimir y asesinar personas amparado en la Libertad 0. Nada de eso debería permitirse.

El Software Libre, a mi modo de entenderlo, es liberal, no es comunitario ni mucho menos revolucionario. Esto es porque no existen lineamientos comunitarios en la organización de la producción del SL ni en el modo en el que se produce. Queda todo muy librado a la suerte de cada desarrollador, al aporte que él le quiera hacer o, en el mejor de los casos, a la forma que tome el equipo de desarrollo. Esto curiosamente puede verse reflejado incluso en el código.

Muchos códigos fuentes (incluido el de Diaspora) son laberínticos, poseen nombres de variables que no son para nada descriptivos, carecen de comentarios y en algunos casos hacen uso de componentes escritos de la misma forma. Entonces, ¿De qué sirve entregar el código si su entendimiento y modificación serán dificultosos para la comunidad? En muchos casos se escribe software de manera críptica, sin pensar en el otro. El desarrollador entonces, escribe para sí mismo. No piensa en quienes van a leer su código e intentar realizar modificaciones, o cree que los demás simplemente deberían entender lo que él expresa en su fuente. Pareciera como si estos desarrolladores pensaran que escribir códigos enroscados, crípticos, fuera muestra de sabiduría, como para que los demás digan “¡Hey, mirá qué difícil que escribe, se nota que sabe porque no le entiendo nada!”. Y eso no es saber, eso es ser un pedante. Si tu código es ilegible, si no te hacés entender, no estás pensando en la comunidad y estás cerrando tu código. De esa manera da igual si tu código es libre, porque de todos modos no lo será, porque su modificación será dificultosa.

Cuando vemos esa forma de trabajo entendemos que en muchos casos se sigue pensando de modo individual incluso cuando se escribe Software Libre. Estamos usando un nuevo paradigma pero nuestra cabeza sigue con paradigmas viejos, propios del capitalismo, por las faltas de lineamiento comunitario, por establecer solo cuatro libertades y dejar todo lo demás al libre albedrío. En algunos casos inclusive se genera cierto elitismo y grupos de desarrollo bastante cerrados donde la toma de decisiones suele pasar por uno o dos que hacen de “team lider”, al peor estilo empresarial. Algunas veces incluso se enojan si les hacés preguntas que para ellos ya deberían entenderse con su código o su documentación, que no siempre es completa ni clara.

De acuerdo a lo que estás planteando. ¿Pueden aplicarse las libertades del Software Libre al campo de la transformación política de la sociedad?

No. El Software Libre es solo una herramienta que plantea una forma de crear software con libertades en lugar de restricciones. En ningún momento se plantearon otros cambios. No está pensada una transformación social de fondo ni mucho menos una lucha contra el capitalismo. Más allá de que esas libertades, por su efecto, protejan ciertos derechos de las personas, como el derecho al acceso a la información y a la privacidad.

Lo que sucede es que esas libertades pueden sonar muy curiosas y atractivas para muchas personas y pueden generar ciertos dilemas o inquietudes políticas. Lo primero que surge es la necesidad de la lucha contra los monopolios. De ahí se desprende que se debería, para luchar contra los monopolios, luchar contra el capitalismo. Esos son, a grandes rasgos, los pensamientos por los que fui pasando desde que conocí el SL, como a los 12 años. Pero es en ese avance político por el que puede pasar un usuario, donde vé un freno y le faltan respuestas. Uno dice (por deducción) “el Software Libre es antimonopólico, pero, ¿cómo lucho contra los monopolios?”. Claramente el Software Libre no puede pensarse como opción política, porque las 4 libertades que plantea están destinadas a la producción, uso y distribución del software pero no a la organización social. Es necesario que las personas que, mediante el Software Libre, se les despierten inquietudes políticas, piensen un modo de organizarse con lineamientos sociales más claros. La idea de “comunidad” es muy fuerte dentro del Software Libre y pega bien dentro de la psiquis de muchas personas. Pero sin un modo de organizar lo comunitario las 4 libertades hacen agua.

Existen ya personas que pensaron este tipo de cosas y que crearon otra licencia, que se desprende de los ideales de comunidad existentes en el movimiento del Software Libre, pero hacen ciertos cambios en las libertades. La licencia de Producción de Pares establece un uso no capitalista del software: “La explotación comercial de esta obra sólo está permitida a cooperativas, organizaciones y colectivos sin fines de lucro, a organizaciones de trabajadores autogestionados, y donde no existan relaciones de explotación. Todo excedente o plusvalía obtenidos por el ejercicio de los derechos concedidos por esta Licencia sobre la Obra deben ser distribuidos por y entre los trabajadores.” (https://endefensadelsl.org/ppl_deed_es.html)

De esta licencia, al establecer ya límites claros frente al capitalismo, se desprende una idea de comunidad más sólida que establece la posibilidad de un “comunismo de pares”; Donde cada uno produzca (al igual que en el Software Libre) por el placer de hacer lo que le gusta y aspirando a un beneficio social, pero garantizando ese beneficio al posibilitar la compartición únicamente entre las personas que lo necesiten, sin que éstas puedan hacer una explotación capitalista de él y haciendo que todo excedente o ganancia se redistribuya. Ese modo de producción me parece muy interesante, superador al modelo tradicional del Software Libre y que puede aplicarse más fácilmente a la transformación social.

Luego surgen preguntas como si realmente se trata de salir a producir o si es “necesario” un choque violento con la burguesía, si ese modo de producción económica puede realmente vencer al capitalismo o si se mantendría en convivencia con él, de qué manera se inicia la producción, si se maneja o no dinero, si se participa o no del mercado tradicional, etc. Pero son cosas muy debatibles y en un estadío ya posterior, cuando ya se arranca a poner en práctica algo de eso. Pero ya existen algunos denominados “fablabs”, que son fábricas que se largaron a producir de ese modo, con máquinas de propiedad colectiva. Hay ejemplos en Europa y se está intentando hacer algo así también acá en Argentina.

Para terminar este punto, debo hacer una salvedad. Que sostenga que el Software Libre tradicional no pueda pensarse como opción política no significa que no pueda y deba ser utilizado como herramienta para el impulso y creación de opciones políticas. No solo porque de él se desprendan otras prácticas como el movimiento de Producción de Pares sino porque su propio uso garantiza seguridad, privacidad, transparencia, soberanía e independencia en el uso de las computadoras. Todas las organizaciones populares del amplio espectro de la izquierda deberían utilizar Software Libre, para, fundamentalmente, proteger sus comunicaciones, su información y a sus militantes. Windows – Facebook – Google debe ser cambiado por GNU/Linux – Diaspora / GNU Social / Friendica, etc – Searx, Yacy o cualquier otro buscador que no sea centralizado y que sea libre. Moverse en plataformas libres y saber utilizarlas correctamente, saber encriptación, etc, debería ser el piso básico a nivel tecnológico para toda organización que pretende ser revolucionaria.

Es inadmisible que muchos hablen de soberanía o de cuestiones de autodefensa y utilicen Facebook para organizarse. Por último, no debemos olvidar a hackers como Edward Snowden o Julian Assange que con el uso de plataformas libres y sistemas de encriptación lograron escabullirse y no ser atrapados por el enemigo. Ellos sí que supieron utilizar Software Libre como una herramienta para la transformación social, más allá del éxito o no en el impacto sus acciones.

Entonces, según tu planteo, para transformar la realidad en términos políticos, el Movimiento que promueve el Software Libre ¿debe ser antiimperialista?

El Software Libre busca cambiar un sector de la producción pero sin pretender modificar nada del sistema económico en el que está inmerso. Ese problema yo se lo planteé a Richard Stallman en un intercambio de mails que tuvimos unos años antes de conocernos. Al decirle que el Software Libre debía ser anticapitalista (y por consiguiente antiimperialista) él me respondió algo como “Quieres un cambio de raíz, yo no sé cómo sería, tengo miedo.” y me dijo que él ya había hecho suficiente desde su lugar.

Intentar modificar solo una parte de la producción sin pretender cambiar todo el sistema es una limitación muy grande porque genera por un lado cierto aislamiento por ser una práctica diferente, que no cumple con las reglas tradicionales del mercado, que debe buscar modos alternativos de financiación, etc; Y por el otro, y esto es mucho peor, al no tener ninguna definición social ni restricción en el uso, queda diluido en el mercado y éste se aprovecha de él y lo absorbe, a veces financiándolo y otras simplemente adueñándose del trabajo colectivo sin nada a cambio. El Che Guevara decía “Revolución socialista o caricatura de revolución”. Cuando decía esto se refería a que una revolución social, si no tiene claras definiciones que combatan al capitalismo (en ese caso el socialismo), termina siendo una caricatura, termina desdibujada. En el software y en toda práctica inmersa en la sociedad sucede lo mismo. Todo lo que no enfrente al capitalismo queda diluido en él y en muchos casos termina siendo funcional.

Son sobrados los casos de empresas capitalistas que se benefician del Software Libre. Google, Facebook y Microsoft sacan mucho provecho (esto es por nombrar solo las empresas más grandes y dañinas de la informática), haciendo uso del núcleo Linux, Apache, MySQL y muchas herramientas libres con las que desarrollan sus plataformas. Hay también empresas como Canonical (la empresa detrás de Ubuntu) que hacen un uso capitalista del Software Libre ofreciendo incluso “servicios” en la nube.

Estos son ejemplos de cómo un movimiento como el Software Libre, que arrancó con intenciones comunitarias, por falta de lineamientos políticos claros terminó siendo funcional al capitalismo. Para que se mantenga el espíritu comunitario, se avance en ese sentido y crezca como tal, el Software Libre tiene que ser anticapitalista.

¿Pero por qué?

Porque de lo contrario miles de programadores en el mundo estarán sin querer “trabajando gratis” para empresas mientras hacen ganar millones a unos pocos. Haciendo que el Software Libre sea anticapitalista, usando licencias como la LPP (Licencia de Producción de Pares) y acompañando esa producción con formas de organización y lucha contra el capitalismo, estaríamos haciendo algo de un impacto social enorme. El software es el medio por el cual la información del mundo circula y se distribuye. Es muy peligroso que esté en manos de empresas que lo utilizan para el rédito propio y/o el espionaje. Si lo hacemos comunitario, si no le permitimos a las corporaciones hacer uso de nuestro trabajo, estaríamos tomando el poder de nuestra información y nuestro accionar en nuestras manos.

Pero el capitalismo es mundial, devino en imperialismo. Mientras que el capitalismo es la opresión de una clase social (la burguesía) contra otra (el proletariado, los trabajadores); El imperialismo es la opresión de los países más desarrollados contra los menos. El imperialismo, según Lenin, es la fase superior del capitalismo. Si queremos que nuestra lucha por el Software Libre sea verdadera, debemos luchar contra los monopolios, contra las reglas del mercado, contra el capitalismo. Si queremos luchar contra el capitalismo, necesariamente debemos luchar contra el imperialismo. Es por eso que el Software Libre debe ser antiimperialista.

Estás de acuerdo si decimos que es necesario hacer un uso particular de lo producido bajo el modelo de Software Libre, como lo es crear infraestructura comunitaria (servidores de correo, telefonía celular comunitaria, redes federadas de comunicación, etc).

Totalmente, debemos darle un uso comunitario al Software Libre, porque sino queda solo en la teoría y se desvanece, carece de sustento.

Así como las empresas capitalistas hacen uso del Software Libre para su beneficio, nosotros deberíamos inclinar la balanza y generar nuestra propia infraestructura corriendo Software Libre. Es con esa idea que creé el servidor de Diaspora* Argentina.

Si queremos ser militantes de la informática, si queremos que el trabajo comunitario dé frutos que apuesten a generar una transformación social, debemos hacer uso de ese código generando herramientas y servicios para la comunidad y las organizaciones populares, intentando hacer de eso nuestro principal trabajo y tratando de ir modificando de ese modo, aspectos de la economía.

Independencia económica es independencia política, a eso apuesto y a eso debemos apostar todos los que estamos en este movimiento.

Muchos toman al Software Libre como un simple hobby. Tienen grandes conocimientos pero se mantienen trabajando como empleados de empresas que poco tienen que ver con nuestra filosofía y que explotan a los trabajadores obligándolos a usar plataformas cerradas, a programar porciones irrelevantes de código como monos, que luego será vendido, y a no compartir nada de lo que hacen.

Debemos ser conscientes del poder que tenemos como trabajadores. A diferencia del obrero fabril asalariado que es explotado por carecer de los medios de producción, nosotros no tenemos esa limitación: tenemos nuestras computadoras, nuestro intelecto y nuestro Software Libre con miles de herramientas que nos pueden potenciar. Debemos generar emprendimientos y cooperativas que brinden servicios a la comunidad mediante Software Libre para poder autosustentarnos y a su vez difundir los beneficios de nuestro modelo a la sociedad y a las organizaciones en las cuales podremos o no estar inmersos.

Pero mientras el Software Libre siga usándose de modo capitalista gracias a la libertad 0, seguiremos estando en minoría por más que logremos armar nuestra propia micro-economía, dado que el capitalismo es más fuerte. Debemos comenzar a licenciar todo bajo la LPP, crear comunidad, formar cooperativas, asociarnos y coordinar entre nosotros. Generar una economía autosustentable, anticapitalista y antiimperialista, inmersa en la sociedad y transformadora de ella, con servicios transparentes, que respeten la privacidad de las personas, que cuiden el medioambiente, que sean accesibles y abiertos a la comunidad. Si logramos conformar nuestra propia economía bajo estas características y comenzamos a coordinar entre nosotros y a debatir política, ya estaremos transformando el capitalismo y construyendo otra cosa. El Comunismo de Pares creo que es a donde debemos apuntar. Pero llamémoslo como ustedes quieran.

Hablando ya un poco más de Cultura Libre. Podemos asegurar que el conocimiento se encuentra condicionado por diferentes instituciones, como el Estado, la Academia, la Iglesia, el capital, etc. ¿Puede pensarse una alternativa a esto? es decir, de que manera se puede lograr el acceso a ese conocimiento vedado.

Solo se puede acceder al conocimiento vedado quitando la veda. Vedar algo es prohibirlo por ley o mandato. Muchas veces se prohíbe el acceso al conocimiento, tanto en el software, cuando no se nos es permitido acceder al código fuente, como en la política, cuando los gobernantes llevan adelante acciones a espaldas de su pueblo, como en la información en general, a través del poder de los medios, la escuela, etc. Si tienen al conocimiento cerrado con puertas y candados, pues hay que romper las puertas y los candados. El hacking es una herramienta que sirve muchas veces para difundir el conocimiento vedado. Fue gracias a las filtraciones de Wikileaks, plataforma creada por el hacker Julian Assange, que fue posible conocer los crímenes de guerra en Iraq por parte de EE.UU. Es gracias a la ingeniería inversa que programas como LibreOffice pueden descifrar los códigos de formatos cerrados de Microsoft Office como el .doc o el .docx por nombrar algunos. De la misma forma se crean drivers y muchas aplicaciones.

Hay una frase que dice “Si el hambre es ley, la rebeldía es justicia”. Bueno, podemos decir también “Si la restricción al conocimiento es ley, el hacking es justicia”.

Muchas veces las cosas legales son las más ilegítimas y pareciera que lo ilegal se convirtiera en legítimo. Esto es porque quienes hacen las leyes son la clase dominante, la burguesía, pensando siempre en su propio beneficio y no en la sociedad. Cuando las leyes nos oprimen, el único camino es romperlas. Muchas de las cosas que otorgan libertad al pueblo son ilegales.

Debemos luchar por nuestro derecho a la libertad en el acceso a la información y el conocimiento y hacer fuerza para que se derogue toda ley que nos restrinja ese derecho. En Argentina nuestro lacayo presidente está intentando sumarnos a la Alianza del Pacífico (TPP). Ese tratado hará al conocimiento mucho más vedado y restringido, abrirá las puertas a un mayor espionaje en Internet hacia nuestro país por parte de EE.UU, afectará la producción de medicamentos por las fuertes patentes que se aplicarán sobre estos, favorecerá el saqueo de nuestros recursos naturales flexibilizando el control sobre empresas como Monsanto, Cargil o Barrick Gold y nos empobrecerá aún más al abrir nuestra economía a los yanquis que siempre nos saquearon como continente. Esa “legalidad” no nos sirve para nada y debemos luchar contra ella.

Por último, debemos luchar por el acceso al conocimiento, pero siendo conscientes de que el conocimiento será realmente libre cuando deje de existir el capitalismo. Nuestra lucha, de nuevo, debe ser anticapitalista y antiimperialista. Si no lo es seremos siempre hackers intentando derribar puertas para liberar el conocimiento, siendo acechados por el enemigo que intentará encarcelarnos o matarnos.

Tenemos que saber que nuestra lucha ya arrancó y está en marcha… si pensamos en proyectos como Wikipedia o Wikileaks o incluso en el desarrollo de GNU/Linux hoy, con la compatibilidad lograda con hardware y formatos que eran cerrados y que hoy tienen abierto su código, da la sensación de que en algún punto estamos teniendo éxito. Por otro lado, todo lo que creemos libre, permanecerá libre y no podrá ser vedado por ningún sector de poder, más allá de que les permitamos o no que saquen provecho de su uso.

Esta no es una pregunta, es más un espacio donde me gustaría que te expreses libremente sobre algún tema en particular o que creas necesario difundir. Es de tu libre elección…

Somos el único pod de Diaspora* en el mundo con definiciones políticas.

Y eso no es nada bueno, al contrario, porque habla de lo mal visto que está dentro de la comunidad del Software Libre tener una práctica política, como si lo político fuera en contra de lo libre, como si no fuera al revés: la libertad solo puede ser garantizada por decisiones políticas. Parece como si fuéramos “libres de no decir, de no opinar, de no hacer”. Nos acostumbraron a que el programador y el sysadmin tienen que ser personas insensibilizadas de cuestiones sociales, no deben meterse, tienen que solo ofrecer un servicio como una hoja en blanco que los demás puedan venir y llenar con el contenido que quieran. Es al menos llamativo cómo los trabajadores del software y de las TICs, que somos protagonistas y artífices de esta supuesta “era de la información”, somos uno de los sectores menos politizados de toda la industria. De más está decir “lo peligroso” que sería para el “establishment” que este sector se organice y “tome la batuta”.

Dentro de la comunidad del Software Libre entonces, está muy mal visto que un programador venga y diga lo que puede o no hacerse con su sistema. Si hace eso su sistema es enseguida tachado de no libre. Entonces. ¿Qué es lo libre? Libre, libertad, es una palabra que no dice nada si no está acompañada de algo. Si alguien me dice “Yo soy libre” le pregunto enseguida “¿Libre de qué?” Uno puede ser libre de pensar lo que quiera, libre de decir lo que quiera, libre en el trabajo por trabajar por cuenta propia o puede uno ser libre porque se llevó adelante una revolución mundial que nos liberó a todos. Pero mientras no pase eso, la palabra “libre” por sí sola no es nada. En el Software Libre, la libertad de uso es, paradógicamente la Libertad 0. Es esa “maldita libertad” la que deja en blanco al programador, la que le dice “no intervengas”, “no actúes”… El cero, actuando como todo y nada a la vez, establece que cualquiera puede hacer lo que se le dé la gana. Esto más que a libertad, suena liberalismo. Y yo me pregunto, ¿qué produce en capitalismo, que cualquiera haga lo que se le da la gana? Lleva, ni más ni menos, a dejar las cosas como están. Porque las leyes son claras, ningún habitante goza de “Libertad 0” en su vida… y los únicos que pueden hacer uso de esa “libertad”, o liberalismo, hacer lo que se les de la gana, son quienes hacen las leyes. Es decir, los gobernantes y la burguesía.
La Libertad 0 entonces, ayuda al capitalismo a su vez que restringe la “libertad” del desarrollador a hacer software con un fin social no-capitalista. El programador no puede intervenir, no puede decidir con qué fines se puede utilizar su software. El trabajador queda entonces con las manos atadas, y las grandes empresas, contentas con su “libertad”, se aprovechan de su trabajo.

Nosotros en D*Ar estamos cansados de toda esa mierda. Pensamos que si vamos a hacer algo tan social como una red social y si vamos a trabajar con algo tan importante y valioso como es la información de la gente, tenemos que tener definiciones sociales y políticas para no permitir que nuestra herramienta o la información de nuestros usuarios sean usados con fines anti-sociales. Es por eso que nos definimos como anticapitalistas y antiimperialistas, en lucha contra el fascismo y contra cualquier tipo de opresión. No podés usar nuestra red para alentar el genocidio, la intervención yanki en países soberanos, la acumulación de capital, la trata de personas, la pedofilia, etc. Por este tema, ya tuvimos un par de incidentes con usuarios que buscaban por ejemplo “expresar libremente” su deseo de que Argentina vuelva a sufrir un golpe militar. Ante comentarios que reivindicaban al dictador Jorge Rafael Videla suspendimos la cuenta de un usuario. Frente esa suspensión, éste se hizo múltiples cuentas y comenzó a atacarnos publicando insultos hacia nosotros como admins y diciendo que en Diaspora* Argentina no existía la libertad de expresión. Él quería “expresar libremente” su deseo de que se asesine gente. Quería expresar libremente que no haya libertad de expresión. ¿Paradójico, no? Cuando vimos que su ataque era sistemático y que utilizaba diferentes seudónimos para aparentar ser varias personas, borramos sus cuentas y lo denunciamos públicamente incluyendo su dirección de e-mail. Dejamos establecido que en caso de que los usuarios violen nuestros términos de uso, perderán los derechos que de él se desprenden.
Acto siguiente, no solo habló de censura, sino que dijo además que en D*Ar no respetamos la privacidad de los usuarios. Trató por todos los medios de desprestigiarnos y entendimos que era eso a lo que había venido, a intentar socavar la red desde adentro mediante provocaciones y difamación.

Lo curioso de este caso es que muchos usuarios, en lugar de repudiar al tipo que quería un genocidio, repudiaban al admin que había sancionado al usuario. Pareciera, como decía, que los desarrolladores o los admins no podemos tener definiciones políticas, no podemos tomar decisiones políticas, no podemos actuar. Tenemos que estar sentados frente a la pantalla escribiendo o corriendo código como monitos y no intervenir en la realidad. Podríamos decir que se fue de un extremo a otro… en el modelo privativo, todo el poder está en el desarrollador. En el modelo libre, todo el poder (o casi todo) está en el usuario. Se plantea un liberalismo aplicable al usuario y una serie de restricciones implícitas al desarrollador. Nosotros rompemos con esas restricciones porque entendemos que no hay libertad sin responsabilidad social. Ambos, usuarios y desarrolladores somos personas actuando en la sociedad y debemos movernos con ciertos parámetros según nuestros objetivos. Y si nuestro objetivo es transformar la sociedad, nuestros parámetros deben ser claros. Pensamos que nuestros términos de uso, sumado a que licenciamos todo lo que se publica con la LPP, nos ayudan a “equilibrar la balanza” y establecer que cada uno cumpla con su cuota de responsabilidad que le toca al ejercer su libertad dentro de un medio que es autogestionado, independiente, soberano, y que busca ser una herramienta para la emancipación social y para las organizaciones que tienen un fin similar.

Pero D*Ar sigue siendo el único pod con definiciones políticas… si, pero creemos que esto es porque nos animamos a poner las cartas sobre la mesa y decir lo que pensamos, lo que creemos y lo que queremos. Toda persona tiene un pensamiento político, hasta el que te dice que no lo tiene. Y sabemos que tenemos más acuerdos que diferencias con la mayoría de los podmins porque hablamos con ellos algunas veces cuando tuvimos que reportar usuarios de pods ajenos por contenido indebido o dañino. La mayoría de los podmins con los que hablamos sostienen que no debería admitirse que los usuarios levanten consignas fascistas ni pedofilia, ni porno explícito, ni nada que pueda dañar la integridad de Diaspora* como medio. Incluso encontramos muchos podmins que se definen como anticapitalistas, sobre todo aquellos latinoamericanos. Creemos que tenemos un rol muy importante a nivel mundial como medio de comunicación y que todos los podmins deberíamos acordar en objetivos claros y actuar en conjunto para proteger y mejorar la red Diaspora* y hacer que sea un medio de transformación de cada una de las sociedades donde se desarrolla. Estamos planeando armar algún tipo de federación de podmins, por lo cual ya estamos dialogando con algunos.

También somos el único o uno de los pocos pods (desconocemos si hay otro) que mantienen una administración colectiva del servidor. Esto es, que tiene varios podmins. Creemos que varias cabezas piensan mejor que una y que hacer que un trabajo sea colectivo es hacerlo más democrático. Por eso vamos incorporando podmins nuevos cada vez que algún usuario muestra interés en esta actividad, o en cuestiones técnicas y políticas y se gana nuestra confianza. En caso de represión, podrán agarrar a uno pero no a todos, y el trabajo de D*Ar seguirá.

Cuento todo esto para que sepan un poco más el por qué de nuestras prácticas y definiciones. Son las que hacen que nuestro trabajo diario tenga sentido y las que nos hacen creer que lo que hacemos vale la pena y que quizás estemos aportando a la construcción de una sociedad diferente. Esperamos que así sea.

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  • Texto distribuido bajo una Licencia de Producción de Pares. Bajo las condiciones siguientes:

Atribución – Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciante (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o que apoyan el uso que hace de su obra).

Compartir bajo la Misma Licencia – Si altera o transforma esta obra, o genera una obra derivada, sólo puede distribuir la obra generada bajo una licencia idéntica a ésta.

No Capitalista – La explotación comercial de esta obra sólo está permitida a cooperativas, organizaciones y colectivos sin fines de lucro, a organizaciones de trabajadores autogestionados, y donde no existan relaciones de explotación. Todo excedente o plusvalía obtenidos por el ejercicio de los derechos concedidos por esta Licencia sobre la Obra deben ser distribuidos por y entre los trabajadores.

Puede acceder al texto completo de la licencia aquí.

«No hay libertad sin responsabilidad social…»

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