Las herramientas del amo no desmantelarán nunca la casa del amo. Nos permitirán ganarle provisionalmente a su propio juego, pero jamás nos permitirán provocar auténtico cambio.
Audre Lorde [197]
Las discusiones sobre qué tecnologías se usarán en las emisoras comunitarias u organizaciones sociales se escapan, en la mayoría de casos, del ámbito de crítica y acción política. Son debates que parecen lejanos y, a veces, hasta innecesarios. Pero estas no deberían ser decisiones que tome exclusivamente el equipo técnico de la emisora, sino la radio al completo.
Las radios comunitarias tienen un amplio margen de acción en este sentido aunque, es cierto, la transición hacia tecnologías libres puede llegar a ser compleja en algunos ámbitos. Como explica Javier Obregón, desarrollador argentino del sistema operativo libre para radios comunitarias EterTICs GNU/Linux (GET), “se trata de migrar cabezas, no computadoras”. Es decir, sólo se logra una transición efectiva hacia las tecnologías libres si se sostiene sobre una profunda convicción política. Obviar este principio provocó el fracaso de muchos procesos de migración de radios comunitarias latinoamericanas. Si estas transiciones tecnológicas se enfocan únicamente desde la funcionalidad de las herramientas, los costes o la comodidad de uso, posiblemente las personas que forman parte de la radio se nieguen a utilizar cualquier otra tecnología que no sea la que han manejado toda su vida.
Por lo general, tendemos a la comodidad, a las rutinas, a repetir mecánicamente aquello que ya conocemos. Si a esa condición se añade el temor frente a lo desconocido y la reproducción de ciertos mitos, ampliamente difundidos en torno a las tecnologías libres, es fácil entender por qué muchas radios se resisten a dar el salto hacia la liberación tecnológica. En cambio, si se asume la adopción de tecnologías libres como una apuesta política, como un principio que rija el funcionamiento de la emisora, la cosa será diferente. De hecho, será más sencillo vencer las resistencias porque existirán motivos éticos superiores en sintonía con los principios y objetivos de la radio comunitaria.
Radio Huayacocotla – La voz campesina, una de las primeras radios comunitarias en América Latina, también fue una de las pioneras en el uso de software libre. Desde principios de la década de los 90 cuenta con un sistema propio de automatización desarrollado sobre GNU/Linux. En la emisora tenían muy claro que la elección del software atravesaba todas las actividades de la radio: “si podemos compartir el maíz y nuestras semillas para sembrar el campo, ¿por qué no trabajar también con herramientas que nos permitan compartir?”, se preguntaban Inoscencio Flores y Alfredo Cepeda, integrantes de la emisora mexicana.[198]
Las radios comunitarias latinoamericanas y caribeñas han apoyado y defendido la lucha por la justicia social: los derechos laborales de los mineros bolivianos; el acceso a la educación de las y los campesinos colombianos; en México, el legítimo reclamo de poseer las tierras que se trabajan; la defensa de las semillas originarias frente a los transgénicos, en Argentina; se opusieron a los monocultivos de palma en Guatemala y a los golpes de Estado en Honduras; o denunciaron al aire a los maridos violentos en Nicaragua. Las radios comunitarias abrazaron, y abrazan, estas causas por coherencia con sus principios. Son medios que surgieron para transformar la sociedad, para defender y ampliar los derechos de sus comunidades desde la comunicación.
Este periodismo de intermediación, o mediactivismo como también se lo llama, va mucho más allá de hablar por la radio. [199] Las organizaciones sociales, y también las radios, hacen esfuerzos porque sus prácticas cotidianas estén en sintonía con los principios que defienden. Es decir, si promueven la horizontalidad y la participación, la radio se organizará a través de asambleas. Si se cree en el feminismo, la radio no discriminará por género y se asumirán de manera colectiva las tareas de cuidado. Entonces, ¿por qué estos principios parecen diluirse a la hora de decidir qué tecnologías utilizar? ¿Son acaso participativas, solidarias y comunitarias las tecnologías que se eligen para hacer radio? ¿Respetan al medioambiente? ¿Promueven el capitalismo y la economía de mercado o fomentan otras formas de vida más cooperativas, horizontales, comunitarias o libres como las minkas/mingas en el mundo andino o los tequios en México? No parecería muy coherente luchar contra el monopolio de Monsanto ayudados por otros actores dominantes como Microsoft o Apple.
Asumir el compromiso con la tecnología libre conlleva ciertos esfuerzos y sacrificios, como cualquier otra causa. Apostar por los procesos participativos puede ser extremadamente agotador pero se impulsan porque existe la convicción de que la voz de todas las personas tiene que ser escuchada. También puede serlo promover el uso de semillas tradicionales para mantener la soberanía alimentaria. O la decisión de separar los residuos y reciclar para cuidar el medio ambiente cuando sería más cómodo tirar todo junto al mismo tacho de basura. O esforzarse por incorporar el lenguaje no sexista en las producciones y planificar una agenda de entrevistas diversa y equilibrada, con economistas mujeres y amos de casa. [200]
Si estos procesos se enfrentan con convicción luego se sobrellevan colectivamente y con alegría. Pero si se imponen sin diálogo, sin explicar su trascendencia política, tienden a fracasar. También migrar una radio comunitaria a software libre, debe ser discutido, meditado y consensuado por el equipo. Y como ya vimos, hay argumentos que indican que es un proceso tan urgente como necesario.
En el siglo XXI la comunicación está mediada por las tecnologías digitales y, por lo tanto, la defensa del derecho a la comunicación se traslada necesariamente a este ámbito. Al no utilizar tecnologías libres que puedan ser auditadas, modificadas y compartidas, se entrega el futuro de la comunicación a un puñado de empresas privadas:
En una sociedad moderna, quien controla el software controla la comunicación social. Controla quién puede comunicarse con quién, cuándo y para decir qué. (…) El propósito de retirar la programación de la esfera corporativa y volver a ponerla en el ámbito social, es algo indispensable para evitar que la promesa de la «era digital» se convierta en una pesadilla social. [201]
Defender en este siglo el derecho a la comunicación trasciende la defensa del espectro radioeléctrico. No hay que abandonar los reclamos tradicionales por acceder a las frecuencias de radio y televisión, pero se hace necesario incorporar nuevas demandas, nuevos esfuerzos y nuevos ámbitos de disputa de poder. Entre ellos, el de las tecnologías libres, tanto software como hardware.
Notas
[197] Palabras de la escritora afroamericana Audre Lorde (La hermana, la extranjera; 1994), en su crítica al dominio del hombre.
[198] García Gago, S. (2017). Op. Cit., p. 73.
[199] López Vigil, J.I. (2004). Ciudadana radio. El poder del periodismo de intermediación. Radialistas.
[200] Es interesante la mirada sobre este tema de la radio brasileña Amnésia. Para ellas todo, inclusive la tecnología, se agrupa alrededor de la matriz africana, su propia raíz. “Los actores y actoras se complementan dentro de un concepto de ancestralidad que moviliza una configuración de tecnología que libera este concepto de su connotación moderna y, al mismo tiempo, lo proyecta retrospectivamente. El sonido de los tambores, por ejemplo, es considerado «un software libre ancestral»”. Brock, N. (2018) A reforma agrária no ar que nunca foi. En Reinvenções do rádio: tecnologia, educação e participação. p. 233.
[201] Heinz, F. (2008). Código software: de la torre marfil a la mesa ciudadana. En Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía. Ediciones Böll, p. 94.