¿Resignificar las redes sociales? (2)

Seguimos recopilando y compartiendo ideas que animen la reflexión en los medios comunitarios sobre un reto que muchos de estos medios se proponen: ¿es posible resignificar las redes sociales? Aquí tienes la primera entrega.

Idea 4: ¿cuánto ha cambiado el mundo en los últimos 30 años?

En primer lugar, queremos volver a aclarar algo. No estamos en contra de la tecnología, menos de Internet. Nos encanta y creemos que es una herramienta muy útil para nuestras sociedades. El problema es el camino que ha ido tomando desde que el mercado se apropió de ellas.

Aunque Internet nació en los años 60, la verdadera expansión se produjo cuando en la década de 1990 comenzó a consolidarse el concepto de Sociedad de la Información. Aunque ya se venía fraguando desde hacía unos años antes. Tras la Crisis del Petroleo (1973), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) comenzó a instalar la idea de que Sociedad de la Información, entiéndase el uso masivo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), podría ser “una puerta de salida para el colapso económico y, al mismo tiempo, la llave que democratizaría la sociedad” [1].

Y una vez que el capitalismo se propone convertir algo en mercancía con la que lucrar, no para hasta conseguirlo. Algo fundamental para lograrlo fue convencernos de que:

  • con las TIC llegará la prosperidad económica y el desarrollo.
  • ayudará a consolidar las democracias.

Los grandes gurúes y sus medios de comunicación salieron, de nuevo, a “vendernos la moto”. Esta vez, para convencernos de que el progreso dependía de las TIC y de las “autopistas de la información” (otras veces fue con la minería a gran escala, de los transgénicos, etc.). La único que se necesitaba para disfrutar de las mieles del progreso era que los gobiernos establecieran normas que privilegiaran la inversión extranjera y las privatizaciones, así el sector privado podría impulsar el desarrollo de las telecomunicaciones.

Las discusiones de los años 70 sobre si la comunicación era un derecho o una mercancía, y la propuesta de un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC) quedaron desterradas. La ola privatizadora no perdonó ni a los pocos medios públicos de comunicación ni a las empresas públicas de telecomunicaciones. Así se establecieron las bases neoliberales del desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación. [2]

Ciertamente, desde los años 90 Internet se ha expandido vertiginosamente. Ahora nos comunicamos con mayor fluidez e inmediatez. Pero, ¿qué sucedió con aquellas promesas de desarrollo y democracia? ¿Somos ahora menos pobres que hace 30 años? ¿Cuánto se han revertido las desigualdades en el Sur global en estos años? ¿Qué pasó con aquellos grandes proyectos de llevar computadoras y conexión a lugares remotos donde ni tan siquiera tenían (ni tienen) agua o luz eléctrica? ¿Se soluciona la pobreza dando conectividad a las personas?

La  tentación puede estar en pensar que  “quizás estamos usando mal Internet”, que no estamos «aprovechando el potencial de las TIC». Pero lo cierto es que proyecto de la Sociedad de la Información se hizo en un determinado contexto de expansión de la globalización neoliberal, no para cambiar “el mundo”, sino para consolidar “su modelo de mundo”. Por eso, el margen de resistencia que como sociedad tenemos dentro de ese proyecto tecnológico neoliberal es muy reducido.

Idea 5: “influencers”

Otro de los argumentos que esgrimimos para esforzarnos en “resignificar las redes sociales” es que son espacios para la incidencia o, como se dice ahora, para “influenciar”. Pero si analizamos fríamente la situación, ¿quiénes son realmente los “influenciadores” (o “influencers” para usar el término en inglés)?

¿Quién tenía más followers, una joven del Norte global que, sin duda alguna, ha hecho mucho por el medio ambiente desde su barco o Berta Cáceres que fue asesinada por defender su tierra? ¿Quienes reciben más likes, adolescentes que promocionan una determinada marca o las compañeras del CRIC que en Colombia sufrieron la violencia estatal por defender sus derechos?

Y sí, es verdad, las revueltas en Colombia o en Chile se hicieron globales gracias también a las redes sociales, también nos enteramos del crimen de Berta al instante por esos mismos medios pero, ¿son estos los temas mainstream y las tendencias en esas redes? Y si las resignificáramos ¿lograríamos ser más influencers?

En este caso, nuestra respuesta a estas preguntas coincide, aunque no lo creas, con la que tiene Facebook.

Idea 6: estas redes sociales (comerciales) son tóxicas

Y aclaramos lo de “comerciales”, porque ciertamente hay muchas redes sociales, hablaremos de las “otras redes sociales” en la próxima entrega.

La frase sobre la toxicidad no es nuestra (aunque la suscribimos). Está en los documentos internos de Facebook que publicó The Wall Street Journal. Investigaciones e informes que Frances Haugen, una exempleada de la compañía, filtró donde se evidencia que “Facebook priorizaba repetidamente los beneficios sobre la seguridad y había optado deliberadamente por no solucionar los problemas en su plataforma.” [2]

Pero quizás, lo más escalofriante (y el motivo por el que nos animamos a escribir esta serie de artículos) es que la compañía se mantenga indiferente ante las evidencias que constatan sus informes sobre cómo una de sus plataformas, Instagram, afecta la salud mental de los adolescentes: «el 32 % de las adolescentes dijeron que cuando se sentían mal con sus cuerpos, Instagram las hacía sentirse peor».

Haugen , en sus declaraciones ante el Senado afirmó que:

«Si Instagram es una fuerza tan positiva, ¿acaso hemos visto una época dorada de la salud mental de los adolescentes en los últimos 10 años? No, hemos visto tasas crecientes de suicidio y depresión entre los adolescentes. Existe una gran cantidad de investigaciones que respaldan la idea de que el uso de las redes sociales amplifica el riesgo de estos daños a la salud mental». Frances Haugen (Claves del testimonio de la denunciante de Facebook en el Senado de EE. UU. en https://www.technologyreview.es/)

En su intervención ante el Senado de Estados Unidos, Haugan “rogó” al Senado que actúe, porque Facebook y sus plataformas como Instagram “perjudican a los niños, avivan la división y debilitan nuestra democracia. Estos problemas tienen solución. Es posible crear redes sociales más seguras, respetuosas con la libertad de expresión y más agradables. Pero hay una cosa que espero que todos sepan sobre estas divulgaciones, y es que Facebook puede cambiar, pero claramente no lo hará por sí solo».

¿No es mucho lo que estamos hipotecando por un poco más de difusión y amplificación de nuestras noticias y mensajes? ¿Olvidaremos estas nuevas evidencias al igual que hicimos con el escándalo de Cambridge Analytica que demostró cómo se exacerban los discursos extremistas en estas redes llegando incluso a controlar la opinión pública y manipular procesos electorales? ¿Aún creemos que podemos resignificar estas plataformas cuando la evidencia de su toxicidad es conocida por sus directivos y no hacen nada por corregirlo optando por seguir engordando sus beneficios?

Y en la palabra beneficios creemos que está la clave. Este debate, no es comunicacional o tecnológico, es un debate político y económico. Un enfoque que desde los medios comunitarios tuvimos extremadamente claro con la radio y los medios analógicos pero que cuesta afinar en la “sociedad digital”. Lo plantearemos en la tercera (y última) entrega de la serie la semana que viene.


[1]  Mastrini, G., y de Charras, D. (2005). 20 años no es nada: del Nomic a la CMSI Anuario ININCO – Investigaciones de la Comunicación, n. 17, junio, p. 225. Ver también Rojo Villada, P. (2004). Las nuevas tecnologías y la Sociedad de la Información como estrategia geopolítica de los países desarrollados. Razón y palabra, n. 38

[2] Binder, Inés y García Gago, Santiago (2020). Politizar la tecnología: Radios comunitarias y derecho a la comunicación en los territorios digitales. Buenos Aires: Jinete Insomne

[3] Los textos traducidos de Frances Haugen los hemos tomado del artículo Claves del testimonio de la denunciante de Facebook en el Senado de EE. UU. Recomendamos mucho su lectura, así como el boletín en castellano del MIT Technology Review.

¿Resignificar las redes sociales? (2)

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