Capítulo 3: ¡A entrevistar se ha dicho!

Repasemos lo que hay que tener en cuenta antes, durante y después de la entrevista.

Unidad 3.1. Antes de la entrevista

Podemos resumir en dos palabras la responsabilidad previa del entrevistador o la entrevistadora: prepararse bien. ¿Qué es lo que tiene que preparar? Varias cosas, todas ellas indispensables.

Preparar el equipo de grabación. Comencemos por lo más elemental y, tal vez por eso, lo que más descuidamos. Si la entrevista es en el estudio, la calidad del audio es tarea del operador. Si la entrevista es afuera de la emisora, revisa la grabadora, prueba el micrófono (ojalá sea externo y no incorporado), asegura que las pilas sean nuevas.

Antes de comenzar, haz una prueba de voz con el entrevistado para medir la distancia correcta del micrófono y asegurarte que todo anda bien. Más vale perder un par de minutos antes de la entrevista y no la entrevista entera después de dos horas de trabajo. (¿No te ha pasado más de una vez que regresas a la emisora y compruebas, con desesperación, que no has grabado nada o que todo suena saturado?)

Preparar el tema. No se pide a quien entrevista que domine todos los temas. Pero sí que sepa dónde encontrar la documentación necesaria para abordarlos bien. Hoy en día, con el Internet, no hay excusa para no preparar bien el tema sobre el que va a tratar la entrevista.

Generalmente, elegimos la persona a entrevistar en función del tema y no al revés. (Esto es correcto. Aunque si aterriza el Presidente, procuraremos una entrevista con tema o sin tema). La misión, entonces, es doble: conocer lo más que podamos sobre el tema y también sobre la persona a la que vamos a entrevistar.

Preparar el cuestionario. Con más o menos horas de vuelo, a todos quienes van a hacer una entrevista les ayudará agarrar papel y lápiz, mejor dicho, computadora y ratón, y estructurar con cierta lógica los puntos fundamentales que va a tratar en la entrevista. Un cuestionario básico con las preguntas que no queremos dejar que se escapen.

El cuestionario no hay que mostrarlo durante la entrevista. Si nos aparecemos ante la persona entrevistada con un papel y, en vez de atender a sus respuestas, quedamos pendientes de la pregunta que tenemos anotada, esa persona se sentirá como rindiendo examen y la entrevista, por más preparación que haya tenido, sonará fría, sin ritmo. El mejor cuestionario es el que se lleva en la cabeza.

Crear un clima de confianza. Si llegamos tensos, también pondremos tensos a quienes entrevistamos. Si estamos inseguros, contagiaremos inseguridad. Hay que crear un clima de confianza y espontaneidad al iniciar la entrevista. Nos presentamos, decimos de qué emisora venimos, conversamos de cualquier cosa, y luego comenzamos a grabar la entrevista.

No caigas en la tentación de ensayar la entrevista. A quien vas a entrevistar le dirás el tema sobre el que quieres conversar, incluso puedes intercambiar algunas ideas antes de abrir el micrófono. Pero en ningún caso ensayes la entrevista ni adelantes las preguntas que le vas a hacer. Esto mataría completamente la naturalidad del diálogo. La segunda vez, el entrevistado estará cansado y le saldrán respuestas secas y sin gracia. Como comida recalentada.

Ni estando de pie ni sentado, nunca te pongas frente a frente con el entrevistado. Es más cómodo para él (y también para ti) si te colocas de medio lado, como haciendo un ángulo. Tampoco le claves los ojos ni le metas el micrófono en la boca. Todo esto crea tensión en la entrevista.

Preparar el lugar. Lo principal es evitar los ruidos. No los sonidos ambientales, que pueden dar colorido a la entrevista, pero sí los mortificantes motores, la algarabía de una escuela, un fondo de música estridente. Si estamos al aire libre, cuidado con el viento. Ponte en contra de éste, con la espalda de parapeto, y protege el micrófono con un cobertor de esponja.

En interiores, lo importante es que las voces se proyecten hacia los espacios más abiertos, que no anden rebotando en las paredes o cristales de lugares muy cerrados. No te metas en esquinas ni en habitaciones estrechas y vacías.

¿Grabada o en vivo? Da lo mismo. A nivel de equipos técnicos no, desde luego. Pero en cuanto a la disposición del entrevistador o la entrevistadora, sí. Estos deben pensarse y comportarse siempre como si estuvieran saliendo al aire en ese momento. Aunque la entrevista vaya a difundirse la semana próxima, adoptaremos una actitud permanente de transmitir “en vivo”. Esto tiene consecuencias muy favorables para la producción. La primera, el no andar parando a cada momento por supuestas fallas que no serían tales si estuviéramos en directo. La grabadora no debe detenerse salvo cuando sea estrictamente necesario (problemas técnicos, ruidos no previstos, baches demasiado grandes). Los parones y repeticiones cortan el ritmo de la entrevista.

La actitud “en vivo” favorece también el tono alto de quien entrevista, lo carga de energía positiva y buen humor. Nadie se entusiasma hablando a una grabadora, sin público, a secas.

Práctica 7: El cuestionario

Escribe un cuestionario, tomando en cuenta el decálogo de preguntas visto en la unidad 2.1., para entrevistar a alguna de las siguientes personas:

-Un líder campesino que lucha por sus tierras.
-Una dirigenta feminista que defiende el matrimonio igualitario.
-Una ama de casa preocupada por el alza de los precios.
-Un jubilado que no recibe su pensión.
-Un político que defiende la privatización de los servicios básicos (agua, luz…).
-Un empresario que tiene muchas frecuencias de radio y televisión.

Unidad 3.2. Durante la entrevista

Todo listo para abrir el micrófono. Comencemos ya la entrevista. Y anotemos algunas pautas, tan conocidas como olvidadas, para su mejor desarrollo.

¿Dónde y con quién? Aunque la entrevista sea breve, si la realizas en exteriores, comienza ubicando el lugar (Aquí estamos, en la parada de buses, en la avenida 10 de Agosto y Colón, ustedes pueden oír el tráfico… ) e identificando a la persona a quien vas a entrevistar (nos acercamos a un señor mayor, con bastón, que espera un bus que nunca llega…). Recuerda que en radio no tenemos ningún apoyo visual. Una descripción, aunque pequeña, será bien recibida por el público. Quien entrevista no es solo la boca del radioescucha. También sus ojos.

Si el entrevistado es un personaje público, quien entrevista deberá presentarlo (¡sería ridículo preguntar al alcalde cómo se llama usted!). Por el contrario, si es alguien no conocido por la gran audiencia, le preguntará su nombre, de dónde es, en qué trabaja, para identificar a la persona que vamos a escuchar.

Al abordaje. Algunos periodistas entran directamente al tema central de la entrevista, incluso con preguntas a quemarropa. Otros prefieren ir escalonando preguntas sencillas y así, poco a poco, llegar a los asuntos candentes. Esto depende de varios factores. Por ejemplo, no es lo mismo entrevistar al muchacho drogadicto que al guardián sobornado por los que venden la droga en la puerta del colegio. Con el primero, podemos emplear toda una pedagogía, hasta dar rodeos. Con el segundo, entraremos con fuerza, cuestionando su eventual complicidad.

La temperatura inmediata o creciente de una entrevista también depende del tiempo real que disponemos para hacerla (en una bulla callejera no vamos a hacer preguntas complicadas) y del tiempo radiofónico en que será empleada (si queremos un inserto para ilustrar una nota breve, nuestra pregunta será breve y concisa). Por el contrario, si disponemos de más tiempo y estamos en cabina, podemos escalonar preguntas de aclaración, de análisis y de acción.

Enlazar preguntas y respuestas. Una entrevista se parece a una escalera. Cada pregunta corresponde a un peldaño. Cada nueva respuesta nos da el punto de apoyo para subir una grada más. Podemos decir que la máxima habilidad de un entrevistador o una periodista se demuestra cuando sabe encontrar en cada respuesta los elementos para formular la siguiente pregunta. De esta manera, se logra la necesaria fluidez en el desarrollo del tema. Quien sabe hacer estos enlaces, sabe entrevistar.

—¿Y por qué todavía no tienen la licencia para su radio de transmisión?
—Porque los de la SUBTEL son unos habladores. Prometen y no cumplen.
—¿Cuándo les prometieron la licencia para la radio comunitaria?
—Hace ya dos años, ¿oye usted?… ¡Dos años!… ¡Y todavía seguimos esperando!
—¿Y ustedes han esperado esos dos años con los brazos cruzados?
—Qué va, nosotros primero hicimos una protesta, luego fuimos donde el ingeniero ése del bigote que no sé cómo se llama, pero…
—Pero, ¿qué?
—Que nos llamó subversivos. Entonces, nosotros salimos al aire sin permiso.
—Si no tienen permiso, son ilegales.
—No, señorita, ilegales son ellos que están violando nuestro derecho constitucional a la libre expresión.

Práctica 8: Preguntas enlazadas con respuestas

Podemos entrenarnos para lograr esta flexibilidad. Hagamos el siguiente ejercicio. Propuesto un tema, un compañero o compañera de la radio hará de entrevistador y otro de entrevistado. Éste último sólo responderá a las preguntas que enganchen con sus respuestas. Si la pregunta está desviada, se queda mudo. Es como un “lego” mental donde cada nueva ficha se apoya en la anterior y sostiene a la que sigue.

Finalizar la entrevista.
Saber conducir una entrevista supone no desviarse del tema ni dejar que la persona entrevistada lo haga, hacer hablar al callado y hacer callar al charlatán, mantener un tono alto sin perder nunca el ritmo de la conversación. Y saber cortar a tiempo. Si la persona habla y habla, distráela con una mueca o un gesto de manos. Y si ni así se calla, retírale el micrófono cuando tome resuello. Por cierto, no dejes nunca el micrófono en manos de la persona a quien entrevistas. Perderías totalmente el control.

También hay que aprender a finalizar la entrevista. Astutamente, quienes entrevistan deslizan una pequeña señal antes de su última pregunta:

—Y ya para terminar… finalmente… por último, díganos…

En cuanto a la despedida, que sea tan amable como breve:

—Muchas gracias.

También puedes adoptar el estilo televisivo:

—Para Radio Ilusión y desde Bogotá, Maritza Ramírez.

Práctica 9: Una anécdota

Cuéntanos alguna anécdota divertida de cuando comenzaste a hacer entrevistas. ¿Cuál fue tu peor metida de pata?

Unidad 3.3. Después de la entrevista

Una vez terminada la entrevista, tenemos algunas tareas pendientes:

Edición. Si la entrevista fue grabada, recortaremos todo lo que sobra: baches, errores, rodeos, lo menos importante, hasta ajustarla al tiempo del programa. Como editar es asunto trabajoso, disciplina tu lengua. Si tienes espacio para cinco minutos de transmisión, no grabes una hora. Haces perder tiempo a la persona entrevistada y, sobre todo, al técnico.

No regrabes tus preguntas. Algunos perfeccionistas llevan la grabación a la emisora, cortan sus preguntas y las vuelven a montar en cabina, con mejor calidad acústica. ¿Jugando con ventaja, compa? Ese truco solo se justifica cuando se trata de un reportaje en el que se eliminan, incluso, las preguntas de quien entrevista y se sustituyen por la narración general.

Ambientación. Lo decisivo es el ritmo interno de la entrevista, su valor testimonial, la fuerza de los datos obtenidos y las opiniones expuestas. Logrado esto, podemos sacarle más brillo a la entrevista haciendo uso de otros elementos del lenguaje radiofónico. Por ejemplo, una entrevista larga o de varios temas puede fragmentarse con cortinas musicales o estrofas de una canción que le calce bien. ¿Y no podríamos ilustrar la entrevista o las partes más significativas de ella con efectos de sonido? Experimenta y verás que queda muy bien.

Y archivo. Por último, ordenar los materiales que grabamos. Sin mucho esfuerzo, en un par de minutos, podemos identificar y clasificar las grabaciones que resulten significativas, sean realizadas en exteriores o en cabina. Esas entrevistas podrán ser utilizadas en otros programas o durante otras temporadas. Y te sacarán de apuros cuando salte una acusación o un “dicen que la emisora dijo”. Tomemos ejemplo de la hormiga previsora.

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Capítulo 3: ¡A entrevistar se ha dicho!

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3 comentarios sobre «Capítulo 3: ¡A entrevistar se ha dicho!»

  1. En una rueda de prensa de un opositor del gobierno y de derecha en donde solo habían dos medios de comunicación presentes, yo fui el primero en intervenir, no le di la bienvenida, ni lo saludé y mi primera pregunta fue, ¿Cual es su postura acerca de la ley orgánica de tierras rurales y territorios ancestrales que se encuentra en consulta pre legislativa en la Asamblea Nacional.?
    Pude notar en la expresión del entrevistado mucha incomodidad.

  2. De mi experiencia puedo decir que lo primero que debe hacer el entrevistador es profundizar en la temática de la entrevista para lograr expontaneidad en las preguntas y transmitir seguridad al interlocutor

  3. Algunas veces, cuando hago las entrevistas, me pongo nervioso, y entonces, hay personas que dan respuestas muy, concretas, así como, hay otras que se extienden. Entonces, si tienes preparado un cuestionario o guión de entrevista, y de repente las respuestas, me sacan de control, y luego me quedo, sin preguntas, pero también si la respuesta que buscaba.

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