Como años atrás sucediera con la tecnología 3G y LTE, Uruguay se ha puesto a la vanguardia internacional en materia tecnológica con el 5G.
Con el apoyo de la finlandesa Nokia, el ente estatal uruguayo de telecomunicaciones ANTEL ha logrado completar con éxito la instalación en America Latina de la primer red comercial de quinta generación (5G). Las primeras radiobases se han desplegado en el departamento de Maldonado y se encuentran operativas y listas para brindar servicio.
Según señala el comunicado del ente “…Las altas velocidades y la latencia ultra bajas de 5G pudieron ser comprobadas en el evento de lanzamiento. La nueva tecnología 5G permite tener una capacidad conexión de hasta un millón de dispositivos por km2, navegar a velocidades mayores a 1 Gbps, con una respuesta de red inmediata…”
El 5G es tecnología de vanguardia mundial y se estima que sea en 2020 cuando comencemos a verla en funcionamiento a nivel global. En el año 2008 comienza con mucho de investigación y estándares aún no definidos. Hoy día ya se cuenta con varios prototipos prácticos de redes que funcionen a altas velocidades y ya algunas empresas han presentado sus teléfonos inteligentes adaptados a la nueva tecnología. En 2017 la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) dispuso algunas especificaciones para el 5G, como una velocidad mínima de descarga de 20 Gigabit por segundo (Gbps) y una mínima de subida de 10 Gbps.
El internet de las cosas (IOT por sus siglas en ingles) que se avizora, donde se propone un mundo en el que todos los objetos estén conectados a la “red de redes” e interconectados, requiere de altas velocidades, de convergencia en los accesos y de baja latencia. Todo lleva a pensar que la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil sea hacia donde miren los proveedores de servicios para poder cumplir con la enorme demanda de acceso e interconexión de dispositivos en el mundo entero.
Como todo en tecnología, el 5G levanta voces contrarias. Están quienes ya nos advierten sobre los peligros sobre la salud a los que nos expondremos con las nuevas radiaciones, quienes se ocupan de desmontar mitos de realidades y quienes – como ante todo lo desconocido – ponen humanas alertas y temores sobre lo que vendrá (aquí tres artículos que lo explican perfectamente 1 – 2 –3).
Bueno sería que las mismas alertas, análisis o temores los enfocáramos a pensar de que forma impactará políticamente la introducción de nuevas tecnologías o millones de dispositivos aportando al gran panóptico tecnológico y como podemos estar al margen del inmenso control global al que nos sometemos casi sin notarlo.Algo sigue siendo claro: la tecnología por si misma es inocua y por lo tanto dependerá de quién la domine.