De brutos, software libre y salchichas

Los estudiantes argentinos recibirán “gratis” software privativo. Un paso atrás en el camino hacia la soberanía tecnológica de Argentina y de América Latina.

La semana pasada todos los medios apuntaban sus cámaras hacia Davos, una pequeña ciudad suiza donde se congregaba la “crème de la crème” de los empresarios de todo el mundo.

Pero no sólo había mujeres y hombres de negocios, también asistieron algunos presidentes y jefes de gobierno. Porque en el Foro Económico de Davos se marca la cancha de la economía para los próximos meses.

Uno de los que acudió fue Mauricio Macri, nuevo presidente de la Argentina. No conforme con desmantelar la Ley de Servicios Audiovisuales en su país (cómo bien explican los compas de CPR en esta línea del tiempo) se reunió con el CEO de Microsoft Satya Nadella. También lo hizo con Eric Schmidt, de Google, y Sheryl Sandberg, de Facebook.

Al día siguiente, muchos medios celebraron, con bombos y platillos, el gran acuerdo que sellaron en el que Microsoft se comprometió a “regalar” software a todos los estudiantes argentinos.

Antes de nada, quiero aclarar que esto no se trata de gobiernos de izquierdas o de derechas. Los dos anteriores presidentes de Argentina (y otros de América Latina) también llegaron a grandes acuerdos con representantes de Microsoft aunque también es cierto que hicieron algunos esfuerzos (muchas veces de cara a la galería) por apoyar al software libre.

El Gobierno presidido por Nestor Kirchner fue el gran aliado de Microsoft en 2005 en el programa Mi PC facilitando créditos para la compra de computadoras en la que la empresa gano millones de dólares. En 2012, Cristina Fernandez firmó un acuerdo de “desarrollo sustentable” con el director de la compañía de aquel tiempo Brian Turner, lo que provocó una airada protesta en las comunidades de Software Libre.

Por eso, reitero, que independientemente de la tendencia con la que se identifiquen nuestros gobernantes, la verdad es que, hoy por hoy, sólo Bolivia y Uruguay y Venezuela (todos ellos con sus más y sus menos) han aprobado leyes concretas y vinculantes para el desarrollo de las tecnologías libres y los estándares abiertos en el Estado. Sin dejar de recordar a Brasil, pionero de este movimiento y a Ecuador, que como en muchas otras cosas, se quedó más en las palabras que en los hechos.

Cuando una empresa como Microsoft te da algo “gratis” lo que está haciendo es ganar futuros clientes para sus aplicaciones. Es la muestra gratis de una nueva salchicha que te dan en el supermercado para que luego la compres. El problema es que, en este supermercado, sólo hay tres clases de salchichas y el presidente de Argentina, con este acuerdo, obliga a todo su país a comer de una sola.

Educar con software privativo sólo esclaviza y genera dependencia tecnológica de un sólo producto, el de una gran empresa que monopoliza con prácticas desleales (acuerdos con fabricantes de hardware, por ejemplo) el mundo de la computación.

Microsoft, además, gana con estos acuerdos miles y miles de millones ya que asegura que el gobierno Argentino compre licencias de sus programas informáticos. Se calcula que cada uno de los países latinoamericanos pueden llegar a gastar hasta 70 millones de dólares al año en licencias de software para la administración pública. Aunque no todas son para programas de esta compañía, Microsoft se lleva una buena tajada. El año pasado esta compañía ingresó más de 21 mil millones (21.7 billones si lo prefieres).

Es muy difícil encontrar cifras exactas de la inversión en licencias de los Estados. Y no sólo en América Latina, pasa en otros muchos países. La mayoría de contratos se esconden tras cláusulas oscuras y acuerdos de confidencialidad. Este dato lo hemos tomado de un artículo publicado sobre las inversiones que hace el Gobierno de Chile en licencias de Software. En República Dominicana, por ejemplo, hablan de unos 36 millones.

En otros casos, las licencias se subsumen en partidas de “Sistemas informáticos”. Es lo único que hemos encontrado relacionado con “software” en el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires para 2016. A esta partida se destinan más de 350 millones de pesos argentinos. Suponiendo que sólo el 10% de ese rubro se gaste en licencias de software, estamos hablando que sería un poco menos del los 37 millones de pesos que se destinaron en el presupuesto de 2015 para el “Fondo Fiduciario para la Promoción de la Industria del Software” que financia proyectos nacionales de investigación y desarrollo relacionados a las actividades comprendidas en el Régimen de Promoción de la Industria del Software.

Hablamos de que se estaría destinando la misma cantidad de recursos en una sola ciudad a pagar licencias a empresas privadas (muchas de esas licencias se podría ahorrar usando software libre) que al fomento del desarrollo de la industria del software en todo el país.

Con todo este dinero el país podría fortalecer la distribución Huayra. Un software libre destinado para la educación y convertirse en una potencia de la programación informática. El software libre no sólo permite ahorrar mucho dinero en licencias, si no desarrollar habilidades prácticas en los estudiantes y fomentar la industria nacional.

Cuando en el mundo todos los estudiosos indican que los programadores serán los profesionales con menos desempleo, nuestros países se empeñan a educar con software privativo con el que es imposible aprender más allá de lo que las empresas quieren. Una caja cerrada que nunca sabremos cómo funciona o cómo podemos mejorar.

Nuestros gobernantes se dejan engatusar con los cantos de sirena de estos grandes monopolios y no destinan recursos al desarrollo libre y abierto de las mentes de sus jóvenes ciudadanos.

Mientras estos acuerdos se producen, el software libre, aunque nos duela reconocerlo, parece no pasar por su mejor momento. Los pocos gobiernos aliados se van desentendiendo y la Free Software Foundation pide a gritos en estos días un salvavidas económico para seguir a flote (ya casi lo logran). Por otro lado, las empresas de hardware consolidan sus acuerdos con Microsoft para blindar desde la bios la instalación de cualquier programa que no sea de su agrado, es decir, Windows.

En este mundo cínico donde nuestros mandantarios prefieren apostar a los transgénicos antes que a las semillas nativas, a los bancos antes que a los desahuciados, a los hospitales privados antes que a la sanidad pública, el software libre, el acceso abierto al conocimiento y la cultura libre parecen no estar ya en las agendas de ninguno de ellos. ¡Serán brutos!

Más noticias sobre el tema:

Prensa CDP
http://www.prensacdp.com/la-primera-dosis-es-gratis-y-microsoft-se-la-promete-a-macri/

En Venezuela: también la nueva Asamblea Nacional está pensando recortar inversión al SL. Noticia de Prensa CDP.
http://www.prensacdp.com/la-derecha-va-contra-el-software-libre-tambien-en-venezuela/

De brutos, software libre y salchichas

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10 comentarios sobre «De brutos, software libre y salchichas»

  1. Como docente universitaria de radiodifusión, comparto al 100%tu pensamiento pero me he encontrado ante la encrucijada de que los estudiantes al salir a las radios para trabajar se encuentran en la necesidad de manejar los software a de estas radios que por lo general son de paga, como Audition o Vegas. Entonces, de acuerdo a esta realidad debo capacitarles u entrenarles en el manejo de estos software y el SL queda como simple teoría. ¿Tú qué opinas?

    1. Viviana, diste en el clavo. Comparto lo que dices, de hecho hice una investigación y la mayoría de profesores alegaban eso para enseñar el software libre. El problema es que las Universidades de Comunicación siguen formando en una paradigma errado. Educan comunicadores con el único fin que se integren a un medios de comunicación. Pero el mundo cambio, ahora un estudiante de comunicación puede salir y fundar su propio medio de comunicación, su periódico en línea, su radio o su propio canal de videos. Formarles con software libre les permite no tener que cometer una ilegalidad usando software ilegal privativo o tener que gastar mucho dinero en licencias. Incluso, si formas a un alumno con Ardour, al llegar a la radio le puede decir, no sé manejar Audition, pero se manejar uno igual que no te costará dinero y es legal. Y créeme que la radio, si se ahorra 500$ y el estudiante garantiza con ese otro software la misma calidad, la radio quizás selecciona a este alumno antes que a otro que sólo maneja los privativos. La cosa es romper paradigmas. ¿Enseñamos sólo el software libre? No, enseñamos todas las opciones, las privativas y las libres, le damos las herramientas suficientes al estudiante para que luego elija por si mismo. Que no manden la Universidad ni las Emisoras. Cuando más integral sea su formación, mucho mejor!

  2. A pesar de que los gobiernos y corporaciones que estén de turno pasen por encima de los intereses del pueblo, las comunidades y el Software libre prevalecerá.
    Cuanta mas fuerza hagamos cada uno de nosotros por el Software libre, sabemos de manera consiente que es un bien para el País.
    Larga vida al Software libre!!!

  3. Nadie tiene la culpa, es un asunto de percepción de nada hay que asombrarse, son sombras que pasan, salir y enfrentar al sol es para las almas puras, los demás permanecen sentados con las espaldas en la pared viendo las siluetas del mundo pasar por el hueco de sus cuevas. Magnifico artículo,me gustaría saber sobre ese tipo de asuntos en Venezuela

  4. Muy buena la nota y mas aun con los fundamentos… Este nuevo presidente corto el presupuesto para el ARSAT y gasta dinero en software con licencia. Con este y con muchos otros hechos mas, (La mayoria aprobados por decreto) queda en evidencia que no gobierna para el pueblo, sino para el país del norte…

  5. Que triste como siguen haciendo las cosas sin pensar en el pueblo. Toda esa guita podria usarse para muchas otras cosas.

    Por otro lado, me pone contento ver una nota como esta, donde no hay partidismo y se usa la misma vara para criticar a diferentes gobiernos. No se ve mucho hoy en día.

    Saludos

    1. Gracias Federico, la verdad que en estos temas creo que hay que dejar el corazón a un lado y hablar con datos. Como digo en el artículo es cierto que los dos anteriores Gobiernos sí hicieron algo por el SL (Conectar Igualdad es un buen ejemplo), obviamente no todo lo que la comunidad hubiera querido, pero no dejaron tampoco de pactar con Micro$oft. El actual Gobierno, de momento, no ha mostrado el mínimo interés por el SL y ya vimos cómo empezó, pero igual habrá que ver si recapacita. Me parece que la conclusión es que debemos seguir fortaleciendo las comunidades de SL por sí mismas y así no depender del Gobierno de turno que quiera o no quiera. Aunque las políticas públicas las deciden ellos, debemos seguir recordándoles las cosas.

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