Capítulo 2.1.2. Formatos que resuelven: consultorios

Otro formato que ayuda a solucionar dudas y dificultades de la vida cotidiana son los consultorios. Su producción es muy sencilla: se invita a un especialista, a una experta, y los teléfonos quedan abiertos para que los oyentes llamen y pregunten.

Como la consulta es gratis y no hay que moverse de casa para hacerla, suelen llover las llamadas. Desde luego, la clave del éxito radica en la autoridad, capacidad y confianza que logre despertar el consultor o la consultora.
¿Consultorios de qué? El más conocido y tradicional es el de la Doctora Corazón. Bien llevado, este espacio de orientación sentimental resulta muy útil por cantidad de personas que andan solas y tristes, confundidas, que buscan una palabra de aliento para seguir cargando la vida.

─¡Sepárate de ese energúmeno, muchacha!
─¿Cómo vas a estar enamorada de dos al mismo tiempo?
─¡No sea tan celoso, caballero, llévela suave!
─¿Por qué no hablas con él y le cuentas esto mismo que me estás contando?

Sólo se burla de estos espacios quien no ha necesitado recurrir a ellos. O quien tiene dinero para pagar un sicoanalista.

Pensemos otras posibilidades. Un consultorio médico donde el público llama y explica sus síntomas y dolencias. Un consultorio sexológico donde la gente pregunta sobre la eyaculación precoz, cómo se pone el condón o cómo se llega al orgasmo. Un consultorio laboral para analizar derechos y deberes de los trabajadores y las trabajadoras. Un consultorio jurídico para aclarar líos de tierras, herencias y otros entuertos. Un consultorio para desempleados donde se orienten buenos y accesibles emprendimientos, cuánto necesito para poner un puesto de salchipapas, con quiénes puedo asociarme para montar una cooperativa de taxis. Un consultorio de belleza que nos diga cómo subir el busto y bajar la celulitis. Un consultorio ecológico que responde inquietudes sobre la gasolina sin plomo y dónde reciclar el papel y las botellas. Un consultorio veterinario donde podamos enterarnos sobre gatos inapetentes y cómo tranquilizar a Nerón. Y otro botánico para aprender a hablar con las plantas y saber distinguir los hongos venenosos. Un consultorio tecnológico para que me digan cuál laptop comprar o por qué me han caído todos los virus juntos en mi PC. Un consultorio para orientar migrantes, qué papeles necesitan y qué palitos no deben pisar. Un consultorio escolar, especialmente antes de los exámenes, donde chicos y chicas puedan llamar y preguntar cómo hacer una regla de tres y quién fue Nabucodonosor. Un consultorio religioso, con un cura o un pastor progresista a la cabeza, que resuelva de una vez si el diablo existe, si Dios creó al mundo en siete días o si Jesús murió en Cachemira. Un consultorio astronómico para entender qué es el bosón de Higgs. Y otro astrológico para saber si un sagitariano combina con una tauro, o si es mi ascendente el que me tiene descendido. ¿Y qué tal un consultorio para interpretar sueños? ¿Y otro para dar a conocer la etimología de los nombres?

Todo funciona. Todo ayuda. Con una impajaritable condición: que invitemos a gente seria y no a charlatanes. Especialistas que conozcan su materia, empleen un lenguaje sencillo y tengan carisma para aconsejar.

Y dentro del formato consultorios, en estos tiempos de tanto desempleo, se han abierto otras posibilidades radiofónicas. Un albañil que llama a la emisora y ofrece sus servicios. Y al revés, una señora de la tercera edad (mejor dicho, de la juventud acumulada) que llama a la radio solicitando los servicios de un buen carpintero. Una cocinera que hace delivery con el mejor menú peruano. Y la mamá de cinco hijos que no alcanza a cocinar y pide cinco pizzas. Uno que vende un armario en buen estado de madera (con foto incluida) y otra que quiere comprar un microondas no tan viejito. Ofrezco una perrita raza chuscocker (=callejero). Y quiero adaptar un gato siamés (o que lo parezca). Estas bolsas de trabajo, de trueque, de compra-venta, de cambalache, como a veces se conocen, tienen más éxito del que sospechas.

Capítulo 2.1.2. Formatos que resuelven: consultorios

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6 comentarios sobre «Capítulo 2.1.2. Formatos que resuelven: consultorios»

  1. Es importante programas de consultoría con expertos profesionales que manejen bien los temas, son programas que llaman audiencia y su radio coge renting.

  2. Este formato (consultorio) lo hemos aplicado mas en este tiempo de pandemia ,al comienzo para consultar al especialista si la mascarilla no o si , después para entender la evolución del virus ,el medico se volvió parte de nuestro grupo de trabajo , los psicólogos y pediatras para tratar de entender el comportamiento de nuestros niños , sin clases presenciales , sin deportes ,y buscar la forma que no les afecte tanto ,
    También este formato cuando las efemérides es el día de por ej cáncer de mama , de la diabetes etc por dar algún ej se profundiza y se da a conocer ,
    No es un formato que sea diario , pero si forma parte cuando se requiere tratar el tema

  3. En nuestra radio tenemos espacios destinados a la educación, la salud, emprendimiento donde acuden muchos profesionales a compartir sus conocimientos con la comunidad tienen un enorme éxito

  4. El formato de consultorio médico, mencionado en la lectura, las ocasiones que lo empleé, tuvo resultados inmediatos. A través de cartas nos solicitaban que habláramos del cáncer en las mujeres. este programa se hacía con médicos de un módulo de salud y en lengua mazateca de Oaxaca. Me gustaría retomarlo en la emisora

  5. El Consultorio es la segunda pata del trípode, como lo expresé en el capítulo anterior. Por lo que seguiré con el Consultorio.

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